El lector puede encontrar los antecedentes de este volune, leyendo la Introducción del primer capítulo, donde relatamos sucintamente los sucesos del 4 de abril de 1954, y los ataques y tomas de los Cuarteles de Jinotepe y Diriamba en 1960.

Los primeros pasos de la lucha sandinista, el rol de las ideas y la organización de los socialistas; la importancia de los movimientos gremiales, como el del magisterio; el trabajo de las primeras células del FSLN, y la participación de jóvenes provenientes del Movimiento Cristiano Revolucionario (MCR) influidos por la Teología de la Liberación, forman parte de los primeros capítulos.

Se desarrollan a lo largo de sus capítulos: los avatares de la organización de las redes clandestinas, el impacto de la división del FSLN en tendencias, el papel de los colaboradores, el sangriento año 1978 con las masacres de Jinotepe y San Marcos, y las acciones ofensivas de septiembre en ese decisivo año.

Finalmente se resalta el importante trabajo rural que da lugar a la conformación de la Asociación de Trabajadores del Campo (ATC). La incorporación de combatientes en San Gregorio en Diriamba, las comunidades de Jinotepe como Dulce Nombre, cuna de héroes sandinistas, y de Santa Teresa donde se conforma la combativa Escuadra Chico López.

Se cierra este volumen con la Insurrección final en Carazo, la fallida ofensiva del 7 de Junio, la liberación de Diriamba y más tarde la de Jinotepe, en donde participan fuerzas sandinistas del Repliegue Táctico de Managua.

La rebeldía de estos pueblos se fue construyendo a la manera del conjunto del país. Además, en este caso se imponía, agazapado bajo la sombra de los cafetales, el recuerdo inconsciente del ejemplo heroico de insumisión, heredado de Diriangén.