Me dolía el alma ver tanta injusticia
William Augusto Chacón Escobar
William Augusto Chacón Escobar “Allan”, nace en el barrio Zaragoza de la ciudad de León, el 7 de octubre de 1947. Hijo de Humberto Escobar, ya fallecido, y de Corina Chacón Juárez. Estudia primaria en el Colegio Dulce Nombre de Jesús, del padre Hernández, y secundaria en el Instituto Nacional de Occidente de León, pero se bachillera en 1965, en Managua, en el Instituto “Maestro Gabriel”, donde conoció a los hermanos Daniel y Humberto Ortega Saavedra y a otros compañeros que estuvieron en la lucha contra la dictadura somocista.
William recuerda que antes de estudiar secundaria, aprendió y ejerció el oficio de carpintería, porque su tío, quien fue su padre adoptivo, era carpintero y trabajaba con él.
Estudió Medicina y se graduó después del triunfo de la Revolución, ya que cuando realizaba la fase final, la residencia, sus actividades académicas fueron interrumpidas por la represión y la cárcel que sufrió por parte del somocismo en octubre de 1978.
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Sobre su incorporación a la lucha y sus motivaciones.
William: Mis motivaciones surgen desde muy pequeño. Ya tenía simpatía por las luchas en pro de la justicia. Sentía que había mucha injusticia en el país, me dolía ver tanto desprecio y humillación de los sectores económicamente más fuertes de este país, de la burguesía, hacia la gente pobre, entonces yo decía, bueno, hay que cambiar las cosas, hay que equilibrar, que las relaciones sean más respetuosas entre los ciudadanos y cambiar la situación de iniquidad, tanto en la ciudad como en el campo. Rechazaba las injusticias contra los trabajadores, los salarios tan bajos, el hecho de que mucha gente estaba desocupada, que hubiera tantos muchachos que tenían capacidad de estudiar pero no podían hacerlo porque nadie les prestaba apoyo.
En León comencé como simpatizante del Frente Estudiantil Revolucionario (FER), al que ingresé cuando estaba la lucha por la presidencia del Centro Universitario de la Universidad Nacional (CUUN), en tiempos de Edgard “La Gata” Munguía. Me incorporé con entusiasmo, los apoyé y si mal no recuerdo, me captó el compañero Omar Cabezas.
Julio: La primera vez que el FER gana las elecciones fue precisamente con “La Gata” Munguía en 1969. ¿En qué fecha fue reclutado para trabajar directamente con el Frente Sandinista?
William: En el año del terremoto, en 1972. Estaba en tercero o cuarto año de Medicina, y fui incorporado por Rafael “Payito” Mairena. En la ciudad de León había una venta de refrescos que se llamaba El Barcito, y él me invitó a que nos encontráramos en ese lugar. Ahí me planteó mi incorporación al Frente –de hecho ya me sentía miembro–, lo que acogí con mucho entusiasmo.
Formamos una célula con estudiantes de Medicina, y la fuimos consolidando. El objetivo era hacer trabajo como médicos en los barrios, para ir fortaleciendo al Frente Sandinista entre los pacientes que atendíamos, y así íbamos captando colaboradores y miembros para el Frente.
Recuerdo a algunos integrantes de la célula: Bayardo Flores, estudiante de Medicina, Oswaldo Chacón, el doctor Delgadillo, ya fallecido, y Enoc Flores. Fuimos atendidos en distintos momentos por Omar Cabezas y Mónica Baltodano.
Eran muy importantes las tareas organizativas y la educación política, no solo la agitación política. Fuimos preparados de manera técnica por el compañero Omar Cabezas y otros, para dirigir discursos políticos. Se trataba de ser lo más concreto para que la gente se sintiera motivada a apoyar la lucha.
Cuando nos tomamos la Catedral de León por la libertad de Efraín Northalwalton, llegaron Bayardo Arce, la chinita Marlen Chow, Mónica Baltodano y otros compañeros. Yo nunca me había atrevido a dar un discurso, y lo di, sentí que lo di bien, porque miré que la gente estaba enardecida, entusiasmada, estaba bien agitada pues, y nos siguieron apoyando durante unos quince días.
Julio: A partir de 1975 se da la separación del Frente en Tendencias ¿Usted se alineó a alguna de ellas?
William: Continué con los compañeros con los que comencé a trabajar y simplemente leía y observaba el asunto de las Tendencias, lo cual nunca me simpatizó. Sé que posiblemente fue una falla histórica que no debió haberse dado, nos hubiéramos ahorrado mucha sangre que seguramente se derramó por esas divisiones un poco tontas. Más bien luché por tratar de reintegrar a algunos compañeros, sin ningún tipo de prejuicios.
Julio: Doctor, ¿cómo usted viene a dar a Carazo?
William: Vine a Jinotepe porque fui seleccionado, sin mi consentimiento, para hacer mi internado en el año 1976. Vine al Hospital y traía la orientación de seguir trabajando en organizar a la población dentro del Frente. Aquí se conformó y se solidificó una célula sandinista con estudiantes de la Escuela de Medicina, que teníamos la calidad de internos. También nos proyectamos hacia los trabajadores incorporando a auxiliares de enfermería, y a médicos. Les hablamos a algunos para que simpatizaran, aunque no se incorporaran al Frente Sandinista. Otros médicos ya militaban de previo y simplemente nos empezamos a coordinar para el trabajo.
Julio: ¿Quiénes eran esos médicos que integraron esta primera célula en el Hospital de Jinotepe?
William: Todavía éramos estudiantes de Medicina, después fuimos médicos: Óscar Acevedo Porras, oftalmólogo, Óscar Jarquín, Ronaldo Tenorio –era un muchacho muy activo políticamente–, si no me equivoco, también Ernestina Ugarte –estudiante de Juigalpa, y la mandaron para acá–, Maritza, no recuerdo el apellido –quien era novia del doctor Jarquín–. Esos eran los que hacíamos el trabajo político dentro del Hospital.
Nos reuníamos, estudiábamos, nos planteábamos cómo estaba la coyuntura, las próximas tareas, las orientaciones que bajaba el Frente y que nos correspondía conocer, y los planes. Estos planes eran sobre las estructuras gremiales donde el Frente tenía influencia. Había que estar atentos a las luchas gremiales de los sindicatos, de los estudiantes de Medicina. Y también algunos nos proyectamos hacia el campo, en el caso mío, en Santa Teresa, porque ahí vivía.
Santa Teresa, Municipio de Carazo1
Julio: ¿Cómo llegó a Santa Teresa?
William: Fui a Santa Teresa porque no encontré en Jinotepe una casa que se acomodara a la beca. Yo venía con mi esposa, recién casado, y nos tuvimos que ir porque ahí el alquiler era mucho más barato. Mientras hacía mi internado en Jinotepe, empecé a hacer trabajo social en mi lugar de residencia, que era Teresa.
Eso lo hice desde antes de ser médico del servicio social, en el centro de salud, donde me asignaron posteriormente, más o menos en el año 1977. En mi casa le daba consulta a la gente, y como no le cobraba, entonces me llevaban pollos y otras cosas. Me hice muy amigo de la población, tanto de la ciudad de Santa Teresa, como del campo, y con mucho tacto fui detectando sus ideas políticas.
Algunos no querían identificarse porque les parecía muy peligroso, es el caso de Ángel Cortés, quien algunas veces me decía que era conservador, y otras, que no era nada. –¡Ah bueno!, es que hay que tener cuidado. Más bien yo quiero saber cómo piensa usted, – me decía. –Bueno, te voy a decir que soy opositor a Somoza, –le digo, y fui entrando poco a poco. – ¡Ah!, pues yo también soy opositor a Somoza, realmente no soy conservador –me decía, y si mal no recuerdo, agregó: –Usted me parece sandinista. –Pues sí, soy sandinista–, tuve que decirle francamente. Entonces por ahí nació la amistad y la manera en cómo ir detectando y después contactando.
Para entonces ya me habían contactado con “Amalia”, una compañera hondureña2 quien estuvo un breve tiempo a cargo del Regional. Ella vivió en mi casa, la hacía pasar como que era una prima mía, pero como después cae presa, nos quedamos nuevamente sin contacto, pero yo seguía haciendo mi trabajo.
En el año 1978 que termino mi servicio social, me nombran Médico Residente en el Hospital Regional de Jinotepe, pero sigo haciendo trabajo social en Santa Teresa, como un medio para hacer el trabajo del Frente. Contacté a doña Ena Téllez, a don Reinaldo Cortés, a Pedro Martínez y a Basilio Martínez. Fui platicando con mucha gente que luego se integró. Creo que también contacté al papá de Ligia, Reynaldo Cortez.
Pero antes de ir a la zona rural, hubo todo un trabajo en Santa Teresa, organizando a los jóvenes, y a partir de ellos después se entró con los adultos. La juventud cooperó mucho para recomendar, para decir visitá o hablá con el fulano, con zutano, o ellos ya habían hablado con algunos. Hubo un trabajo organizativo con la juventud. Se creó un club deportivo juvenil y un dispensario médico.
Hasta se abrió una casa donde nos reuníamos. El club y el dispensario funcionaban, pero también eran una mampara. En el dispensario se captaba a la gente que simpatizaba. A través de la plática, de la conversación, se identificaba la tendencia política que más o menos tenía la gente.
En Santa Teresa era necesario organizar a los jóvenes para que conformaran las estructuras combativas del Frente Sandinista, a la vez que realizaban la labor política, sin descuidar el trabajo en el campo, que era estratégico para nosotros, porque era la retaguardia del Frente.
Entonces se organizó un grupo de jóvenes entre los que estaban Ligia Cortez Téllez, la Bertita, hermana de Ligia y Héctor Guido “Chopo”. Conformábamos una célula de jóvenes que estudiábamos y también dábamos alguna información que retroalimentaba los informes que yo pasaba a la responsable que tenía que en cada momento, primero Amalia y luego Ana Isabel Morales “Lucía”, quien me visitaba con frecuencia para saber cómo iba el trabajo en Santa Teresa.
A la par del trabajo organizativo, político y de reuniones de las células, también empujamos las organizaciones sociales, con la intención de acercarnos y compartir con más jóvenes, realizando una labor de tipo reivindicativo. Además, educábamos en la cooperación, porque pedíamos a los ciudadanos que colaboraran para mantener el club deportivo, por ejemplo, a donde llegaban muchísimos muchachos a jugar ping pong y ajedrez.
Nota: Aquí interviene una de las colaboradoras de El Cacao.
Ligia: Primero pasa a Nancite Dulce, donde mi abuela,3 de ahí al Cacao y después a Los Gómez. Se va buscando gente que tenga coraje, y a donde llegábamos lo tenían. A Los Gómez llegó a través de los padres de Rigo Cortés.
William: Sí, y ahí estaba también la abuelita, doña Arcadia Rodríguez, quien ya murió. Ella y su esposo, don Casimiro Cortés, eran colaboradores decididos, entusiastas, del Frente Sandinista, y sus hijos. Con ellos nos trasladábamos a las quebradas, a las hondonadas, y practicábamos posiciones de tiro, para que tuvieran más seguridad en lo militar, y también hacíamos estudio político, pues leíamos, sobre todo, el Programa del Frente.
Como decía la compañera Ligia, para llegar a Los Gómez, hubo que pasar por Nancite Dulce, y ahí tenía colaboradores, porque las caminatas muchas veces nos agotaban y teníamos que detenernos, tomar algún café negro con algún pancito, y seguíamos caminando, llegábamos a El Cacao, ahí estaba don Basilio, ahí hacíamos una parada, nos refrescábamos, porque la carga pesaba era un saco con armas. Después íbamos caminando a El Sol, ahí Ángel Cortés nos facilitaba un guía, un hijo de él, y caminábamos hasta llegar a Los Gómez, era una caminata de medio día.
Julio: En relación a un entrenamiento en Los Gómez, ¿quién estaba a cargo de eso?
William: El responsable era yo, pero también participó en algunas ocasiones, si mal no recuerdo, Carlos López Landeros, quien fue Coronel del Ejército, ya fallecido el 14 de abril de 2008.
Julio: ¿Y usted cómo tuvo su primer entrenamiento para luego poder entrenar a otros?
William: El primer entrenamiento formal y un poco fuerte, fue por una orientación que dio el Frente para los militantes que estábamos en la ciudad. Fue en León, nos trasladamos cerca de las Lomas de Panecillo, al lado de Poneloya, a donde llegaron, entre otros, el compañero Javier Carrión,4 quien nos estuvo dando arme y desarme y también cómo fabricar bombas de contacto, los materiales que había que utilizar, los cuidados que había que tener, de tal manera que me sentía con un grado de preparación y que no había que desperdiciarlo, ya que no había nadie más en ese momento que estuviera delegado para entrenar militarmente, así que se lo tenía que transmitir a los compañeros del campo.
Aristides: Doctor, usted estuvo muy ligado a la gente del campo de Santa Teresa. ¿De dónde surgió una unidad de combate con el nombre “Francisco López”? ¿Qué incidencia tuvo usted en la formación de esa unidad?
William: No tuve acciones de combate con los compañeros, pero contribuí con la organización de ellos, con su educación política. A algunos los conozco perfectamente porque trabajaron conmigo en las labores de educación política para el resto de los compañeros del campo, me acompañaban, me servían de guía. Muchos conformaron posteriormente la Unidad de Combate “Francisco López”, y eso es lo que posiblemente reconocen.
El ataque al Cuartel de Santa Teresa. Septiembre de 1978
Cuando se hizo el ataque al Cuartel de Santa Teresa, apoyé de retaguardia. Tenía a un compañero que se llamaba Carlos López Landero, de Jinotepe, el marido de Marina. Ahí vivimos en la misma casa. Él se enamoró de mi cuñada, se casó con ella y tuvieron dos hijos. Carlos tenía como casa de seguridad, mi casa, y de ahí salió para el ataque a Santa Teresa.
No sé quiénes más participaron, pero posterior a ese ataque, la Guardia algo sospechó, y me llegó a capturar. Ya no estaba Carlos López, habíamos limpiado la casa, solo había quedado una bala, pero eso lo supe hasta después. La Guardia me llevó al Comando de Jinotepe, donde había una casa que servía de casa de torturas de la Seguridad y ahí estuve como cuarenta y ocho horas.
Me torturaron. Estaba el Comandante Rafael Lola. Hasta ahora me vuelvo a acordar, pues dichosamente se me había olvidado, lo había borrado de mi cerebro. Lo conocí y platiqué con él después de la tortura. Me tomaron fotos, seguramente quedé fichado, y bueno, salí con mi nariz quebrada, con dos costillas quebradas, y seguí trabajando pues.
Posteriormente me dijeron que tenía que irme a la clandestinidad, y alisté mis maletas. Mónica estaba encargada de llegar a traerme, pero no llegó, la estuve esperando a la salida de Santa Teresa, con mi mochilita, con mi paquetito, no llegó. Después me enteré que ella se había asilado porque la Guardia la tenía bien asediada.
Nota de Mónica: Pudimos establecer con el Dr. Chacón que quien estaba encargada de Carazo, en ese momento, era Ana Isabel Morales, y que yo era Responsable Político Militar de Managua por parte de la Tendencia GPP en ese momento, por tanto, le dieron una información incorrecta. Quien se asila es Ana Isabel Morales.
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William: Bueno, ahora sé que Mónica no se había asilado, alguien me hizo ese comentario cuando reclamé que no me habían llegado a buscar.
Julio: Doctor, como no lo llegaron a traer para mandarlo al clandestinaje, ¿cómo continuó su trabajo?
William: A raíz de que me sacaron de la cárcel, me fui a vivir a Managua. Ahí me llegaron a traer diciéndome que era un trabajador del Ministerio de Salud que aún no había terminado mi internado, y que tenía la obligación de acompañarlos a dar consulta, que me necesitaban en ese momento. Ronaldo Tenorio y yo prácticamente íbamos presos en un jeep de la Guardia. Tenorio estaba fichado como agitador, como sedicioso. Nos mandaron a Estelí. Dábamos consulta y nos mantenían vigilados en un hotel que creo se llamaba El Chico, donde llevaban a mucha gente que andaba custodiada.
Posteriormente nos quitaron la vigilancia y me trasladé a Teustepe. Perdí contacto con los compañeros de Santa Teresa. En Teustepe organicé otra unidad con un compañero que posteriormente cayó en un combate. Un día, antes del 19 de julio, nos fuimos al monte. Me acuerdo porque acababa de nacer mi hijo varón, y después que nació, me incorporé a una escuadra y nos fuimos a tomarnos algunos pueblos de Boaco, San José, creo que se llamaba uno, después nos fuimos a tomar Camoapa, que la Guardia desalojó, prácticamente se corrió cuando escuchó que íbamos llegando. Luego ellos intentaron retomarla, pero como tuvieron algunas bajas, se fueron. En una casa que fue bombardeada por la aviación, yo estaba esperando como parte de la retaguardia, por si acaso había compañeros heridos. Y ahí fue cuando nos llegó la alegría del triunfo de la Revolución.
Julio: Doctor Chacón, unas palabras finales...
William: Mis palabras serían a los compañeros que están haciendo este esfuerzo por recuperar algunas facetas o hechos históricos, en los cuales participamos, para que puedan servir de elementos nutritivos para las futuras generaciones, porque el proceso de lucha para eliminar las injusticias no ha terminado, todavía estamos en ello.
Tenemos que seguir dando un aporte, porque el esfuerzo por lograr una sociedad mejor y más justa, no termina aquí, no ha terminado, y tenemos que seguir trabajando para conseguir esa sociedad. Es una lucha de nunca terminar, constante, permanente, diaria.
NOTAS
1 Posición geográfica: Está ubicado entre las coordenadas 11º 48” de latitud norte y 86º 09” de longitud este. Límites: Al norte: con los municipios de La Paz de Carazo y El Rosario. Al sur: con el Océano Pacífico. Al este: con el municipio de Nandaime y los municipios de Belén y Tola. Al oeste: con los municipios de La Conquista y Jinotepe. Extensión territorial 194 Km². Tomado de Ficha Municipal.
2 Se refiere a Reina Isabel Castillo Güisa, de nacionalidad hondureña, quien fue Responsable Regional GPP, pero muy pronto capturada y expulsada del país
3 Se refiere a la colaboradora histórica Adilia Fonseca, conocida por los combatientes como La Abuela.
4 Javier Carrión MacDocnough participa en el comando Juan José Quezada que se toma la casa de Chema Castillo en diciembre de 1974. Posteriormente ingresa al país y es capturado precisamente en Lomas de Panecillo. Sale libre en la operación del asalto al Palacio Nacional en 1978, y se incorpora al Frente Norte, junto a Germán Pomares (El Danto). Es uno de los jefes de la Columna Óscar Turcios. Es el Jefe Tercerista de las fuerzas que combaten en Matagalpa, Comandante Guerrillero y luego General y Jefe del Ejército de Nicaragua entre 2000 y 2005.