Memorias de la lucha Sandinista

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Agradecimientos


Quiero reconocer, en primer lugar, a mi compañero de vida Julio López Campos, quien siempre ha estado a mi lado a la hora de emprender los más osados proyectos políticos. Julio me desafió a convertir las entrevistas realizadas entre los años 1999 y 2002 en el programa radial Entre Todos, en Radio La Primerísima, en un libro que difundiera la visión de los verdaderos protagonistas de la gesta libertadora del pueblo contra la dictadura somocista.

Las entrevistas en la Radio

Agradezco a William Grigsby Vado, Director de Radio la Primerísima. Él aceptó de inmediato la idea de un programa de entrevistas, nos brindó de manera gratuita, dos horas del espacio sabatino, y puso a disposición toda la discografía revolucionaria para animar el programa. Sin este respaldo, la tarea se habría vuelto casi imposible de materializar. El Chele también aportó valiosas sugerencias y observaciones metodológicas.

Mi equipo de trabajo estuvo integrado por una persona que atendió la labor de Asistente del Programa. Ocuparon esta responsabilidad, en distintos períodos, Octavio Loáisiga, quien además transcribió parte de las entrevistas, y Alma Nubia Baltodano. Su labor consistió en apoyar el proceso de preparación de los programas y entrevistas. No sólo buscaban información documental, como las efemérides de cada semana, sino que también concertaban la llegada de los invitados, a quienes de previo solicitaban sus datos, y atendían las llamadas telefónicas del público.

En los controles maestros de Radio La Primerísima estuvieron siempre dispuestos, Carlos Javier Guevara y Enrique Guerrero.

A los entrevistados

Quiero agradecer infinitamente a todos los hombres y mujeres que accedieran a brindar entrevistas y que dieran su tiempo, no sólo en la cabina de la radio, para brindar con generosidad y humildad sus vivencias y testimonios de lucha. Algunos de ellos tuvieron que viajar desde lejanos lugares, como Víctor Guillén, quien vino a Managua desde la comunidad de Uluse, en Pancasán. Otros, tuvieron que dejar el mutismo que les ha caracterizado, como Blanquita Aráuz y Henry Ruiz. Muchos tuvieron que ceder un espacio en sus agitadas agendas personales.

Otros tomaron esta tarea con pasión, como Doris Tijerino, Bayardo Altamirano, Elías Noguera y Hugo Torres, quienes participaron más de una vez, incentivados por el interés de los oyentes. Otros, como René Vivas, me dieron una y otra vez largas entrevistas que me permitieran aclarar dudas, en particular sobre la compleja y poco conocida historia de la guerrilla en la montaña.

Lamentablemente no pude presentar todas las entrevistas, pues tuve que hacer una selección, que es la que puedo publicar ahora. Quiero mencionar a aquellos cuyas entrevistas no forman parte del libro y con quienes me siento en deuda.

En primer lugar, debo agradecer al Comandante Jaime Wheelock. No pudimos abordar con él los temas que a mí me interesaban en esa ocasión. La audiencia nos impuso la agenda, pues sus preguntas e inquietudes se centraron en los líos de la propiedad y la reforma agraria. A los brigadistas de la alfabetización, Glinkin Contreras, David Ruiz Vizcaya, Mario Gómez García, Silvio Gutiérrez, Marieta Vílchez y a Gerardo Salinas; a los combatientes del Batallón de Infantería de la Reserva (BIR) 30-62, sobrevivientes de la masacre de San José de las Mulas, testimonio que conmovió las entrañas y el alma de los oyentes. A Milton Zelaya, Marlon Gutiérrez, David Espinoza y Francisco Pinell; al profesor Orlando Pineda, apóstol de la alfabetización ayer y hoy; a jóvenes de los años ochenta como José David Barrera, Mauricio Tapia, Josefina Vigil, Silvio Gutiérrez, Luis Alfonso Ortiz y Brenda Rocha.

Agradezco las valiosas entrevistas de Oscar Lanuza y Filemón Avilés Alfaro, sin dudas, héroes vivientes del sandinismo, fundadores de la Unidad General Pedro Altamirano.

A Rafael Henríquez García y Wilber Obregón, José Villegas Flores “Pescado Lucio”, César Vásquez, de Tipitapa, al profesor Manuel Moncada, a la periodista Aurora Sánchez Nadal, quien nos testimonió sobre sus hermanos, luchadores caídos en La Tablada, Argentina. A Orlando Núñez Soto, Luis Miranda y Ángel Saldomando, quien me ilustró sobre el golpe de Estado contra el Presidente Salvador Allende. A Sandra Ramos, esa extraordinaria organizadora de las mujeres trabajadoras.

Gracias al padre Arnaldo Zenteno, al padre Toñito Castro y a la dulce y combativa María Luisa Atienza –trágicamente fallecida–, quienes nos hablaron de Oscar Arnulfo Romero. A esas extraordinarias cantoras Katya Cardenal y Norma Elena Gadea. Al filósofo y maestro, Alejandro Serrano Caldera, a Ruth Selma Herrera, “El Chocoyano”, Raúl Venerio y Javier Chamorro (q.e.p.d).

En la etapa final del libro, recibí muchísima información que ya no pude incorporar por razones materiales; tendría que haber esperado mucho más tiempo para concluir un esfuerzo que me había propuesto presentar en el año 2009, por el XXX Aniversario de la Revolución. Pero quiero afirmar que las informaciones recibidas no quedarán en el olvido.

Le hice una larga y enriquecedora entrevista a José Venancio Alonso “El Trompañero”, particularmente sobre su período en la montaña. Especial mención merece Carlos Duarte Tablada, uno de los Jefes del Frente Sur, quien me mandó material y fotografías de inestimable valor. Puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que es la persona más informada sobre el Frente Sur. Carlos se ha impuesto la tarea de ordenar apuntes, recordar nombres y recoger relatos sobre este importante Frente. Otros compañeros tuvieron la confianza de entregarme materiales inéditos que han elaborado y que esperan publicar alguna vez; uno de ellos es Mario Elvir, quien tuvo la osadía de escaparse de las cárceles de la Oficina de Seguridad Nacional (OSN) en La Loma de Tiscapa. Su relato “Escape al amanecer”, donde da detalles de esa audaz acción, sin duda merece publicarse.

Los oyentes participaron activamente en Entre Todos, dando valiosas informaciones. Muchos no dieron su nombre, así que ésta es una lista parcial. Nuestro agradecimiento a todos ellos: María Haydee Sequeira, Aura Violeta Aldana, Alfonso Sálomon, Rafael Casanova Fuertes, Ezequiel Orozco, Manuel Beteta, Aura Lila Céspedes, Pedro José Vindell Matus, Emilio Caldera, Carlos Delgado, Francisco Martínez, Alba Nubia Pallaviccini, Alfredo Castro, José Martínez, Azucena Castillo, Róger Miranda, Julio César Miranda Aguilar, Dominga Rivera “Arlen”, Carlos Alfaro, Perfecto Arróliga, Luis Enrique Calderón, Lucía Pineda Ubau, Francisco Alfaro, Marvin José Álvarez García, Luis Aguilera Aguilar, Danilo Lacayo, Carlos Espinoza, Oscar Malta, Glenda Monterrey, Mario Fulvio Espinoza, Jacinto López, Oscar Altamirano.

José Arana, René Roque Cuadra, Lesbia Espinoza, Juan Méndez Cárcamo, Olimpia de Guevara, Joaquín González, Ramiro Lorío, Roberto López, Ruth Selma Herrera, Mariana Tapia de Maltez, Gardiel, Marvin Marenco, Francisco Mayorga, Alcides Izabá, Benjamín Quintero, Francisco Ochoa, Luis Cáceres Gamboa, Carlos Navarrete, Róger Aróstegui, David Rivas, Róger Castro, Julio Torres, Ing. Moreira, Abel Calero, Tirsa Sáenz, Alejandro Romero Grádiz, Ángel García, Danilo Martínez, Luis Muñoz Potosme, Gertrudis Palacios, Félix Padilla, Eduardo López, hijo.

Mario Carballo, Jorge Cuadra Chévez, Jorge Mendieta, Olivia Valenzuela, William Mendieta, Anselmo Soza, Henry Calero, José Saballos, Pedro Pablo Martínez Téllez, Lesbia (mamá de Eduardito), Alba Mendoza de Lara, Osman Espinales, Stalin Vladimir Centeno, Rigo Solís, Bernabé Alfonso Narváez, Álvaro Morales, Alma Benavides, Iván Cross, Julio César Miranda Aguilar, Emigdio Sequeira, Luis Reynoso, Martín López, Luis Alfonso Ortiz, Ana López, Víctor Martínez, Marlene Muñoz, Carlos Muñoz García, Josué Campos, José Figueroa, Israel Sánchez, Reynaldo Reyes, Sergio Maradiaga, Aldo Briones (q.e.p.d), Vicente Palacios Hernández, Danilo Martínez.

Amalia Sánchez, Danilo Lau, Manuel García Urrutia, Juan Freddy Cruz, Armando Martínez, Gerardo Cruz, Bismarck Martínez, Eduardito (niño de Masaya), Orlando Bermúdez, Mario Hernández, Deylo Martínez, Santos Mercado Méndez, Mayra Vega, César Cardoza, Luis Alberto López, Matilde Cajina, Ernestina Navarro Martínez, Róger Valle, Leonardo Núñez, Rita Fletes, María Lourdes (Granada), Álvaro Caballero Salgado, Iván Cruz, Isidro Sevilla, Benjamín Linarte, Freddy Urroz, David Espinoza, Ramiro Rodríguez, Flavio Tijerino (q.e.p.d), Giovany Mendoza, Félix Espinoza, María López, Róger López Zeledón, José Blanco, Pablo Rivera, Leonor Domínguez, Luis García, Webster Saldaña.

Mayra Sandoval, Dina García, Alma Mendoza Sandino, Ricardo (telegrafista de San Rafael), Blanca Segovia Alonso, Noel Rayo, “Chico Bulla”, Rafael Jerez, Danilo Martínez, Marvin José Álvarez García, Verónica Montenegro, Adolfo Hernández, Enrique Rodríguez, César Augusto Jarquín, Víctor Duarte, Manuel Espinoza Rivera, Róger Fuentes, José Ángel Pineda, Javier Esquivel, Armando Martínez, Miguel Castañeda, Carlos Sáenz, Leonel Cabezas, Elena Picado, Ricardo García, Jairo Gámez, historiador estiliano, Danilo Lagos, Danilo Martínez, de San Rafael del Norte, y Valentín Castillo, quien llegó a cantar como parte del grupo Nixtayolero.

La tediosa labor de transcribir los textos fue realizada por Sandra Miranda, Ada Luz Moreno y Amparo Baltodano. Después, hice un intento de una primera versión preliminar de las entrevistas con apoyo de compañeros de muchísima experiencia. Pero rápidamente concluí que era una tarea que yo no debía evadir. De manera que tuve que hacer personalmente todo el proceso, obsesionada con la idea de que no se perdiera o se omitiera ninguna valiosa información. Agradezco especialmente a los periodistas Vilma Areas, Carlos García y Juan Ramón Huerta, por sus contribuciones en estos intentos.

Elaboración del libro

La fase final, lo que constituyó propiamente la elaboración del libro, se inició a principios del 2009. Durante más de un año dediqué hasta dieciséis horas diarias a este trabajo. En esta fase era muy importante la revisión de los materiales para determinar qué información estaba pendiente, los vacíos, las inconsistencias, ideas sin terminar, etcétera. En esta fase de revisión directa de los materiales, que incluyó la primera edición de las entrevistas, me apoyaron mis hijos Mónica Augusta López y Umanzor López. Ellos también me dieron importantes contribuciones desde su visión de jóvenes que no vivieron esa etapa histórica. Gracias, a Yalí López Guido por su entusiasmo y sugerencias, y a mis hijos Pancasán y Sofana, que siempre me han apoyado.

Cuando ya todo parecía estar listo, y luego de mi primera reunión de trabajo con la casa editorial, me di cuenta que era necesario pasar los textos por una lectura más profesional. Alguien que, además de la capacidad editorial, conociera de esta historia, que se interesara por ella y tuviera el talento para darle el toque final. Escogimos con éxito para esta tarea al compañero Guillermo Cortés Domínguez, quien rápidamente aceptó colaborar con nosotros. Nos sentimos agradecidos por su excelente trabajo y generosa dedicación, al igual que agradecemos el trabajo de Susana Morales, quien realizó la importante labor del lectorado.

Fue determinante la contribución que me dio mi asistente Juanita Andino Cruz, quien apoyó en la búsqueda de información, consultas por internet, visitó bibliotecas y hurgó entre periódicos. Por su parte, Yolandita Morales Munguía revisó una y otra vez todas las grabaciones para corregir errores en las transcripciones y asegurar con profesionalismo la fidelidad de los textos. Al final, ella misma transcribió las últimas entrevistas y, de manera celosa y paciente, cuidó por la excelencia de los materiales hasta que estuvo concluido el libro.

En la revisión y tratamiento técnico de las fotografías, así como en la preparación inicial de propuestas estéticas para la portada, me apoyó Rossana Baumeister, a quien agradezco no sólo por la calidad de su trabajo, sino por el amor que puso en ello. Mónica Augusta López estuvo a cargo de ordenar las fotografías y de investigar los nombres de los que aparecen en las imágenes. La extraordinaria fotógrafa Susan Meiselas nos brindó con toda generosidad el derecho de publicar algunas de las impresionantes fotografías que hizo en esos años de lucha.

La información, lo más importante

En el Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica (IHNCA) de la Universidad Centroamericana (UCA), su directora Margarita Vannini nos animó a emprender esta magna tarea y puso a disposición todo el material de consulta que fuimos demandándole. El personal de la Biblioteca del IHNCA siempre atendió a las compañeras de mi equipo con gran amabilidad y eficiencia. En especial agradezco a Lissett Ruiz Contreras, Directora de Biblioteca y Archivo Histórico; María Auxiliadora Estrada, Coordinadora del Servicio de Información; y María Ligia Garay, Especialista en Documentación Histórica.

Nuestro agradecimiento también a la Directora de la Biblioteca de la Asamblea Nacional, Fanny Ocampo, quien realiza su trabajo no sólo con profesionalismo, sino también con amabilidad; igual que María Esther Solís, encargada de atención a los usuarios. La hemeroteca de esta biblioteca fue de mucha utilidad para reconstruir fechas y nombres.

Al Centro de Historia Militar del Ejército de Nicaragua, que nos puso a disposición valiosas fotografías de nuestros entrevistados. Agradecemos en especial al General Julio Avilés, por apoyarnos. El Coronel Francisco Barbosa, jefe del Centro de Historia, quien con gran profesionalismo no sólo nos brindó fotografías, sino que además, como respetado historiador militar, nos brindó importantes sugerencias. Fue igualmente eficiente en ayudarnos el Teniente Coronel Leonardo Zepeda, Segundo jefe del Centro de Historia Militar.

Al doctor Vicente Baca Lagos, profesor de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Complutense de Madrid y a los escritores doctor Jesús Miguel Chuno Blandón y el doctor Érick Blandón, quienes nos brindaron datos que aquí presentamos. Reconocemos también al historiador Roberto Sánchez y su aporte de una valiosa colección de fotografías de Sandino, y a Augusto Castillo Sandino, nieto del General de Hombres Libres, quien siempre favoreció nuestro trabajo.

Otros compañeros que nos dieron apoyo sobre puntos específicos fueron: Henry Gutiérrez (Ticuantepe), Orient Bolívar Juárez, Pío Ramón Marín (Ocotal), profesor Edilberto Centeno (Jinotega), Amparo Baltodano (barrios occidentales), María Elsa Paz de Olivas, de Ocotal; al Instituto Manuel Olivares, en Las Brisas; a Pablo Emilio Barreto y su esposa. El doctor Octavio Martínez y Manuel Espinosa Enríquez colaboraron con información valiosa sobre la fundación del Frente Estudiantil Revolucionario (FER). A Roberto Rivas Guatemala y Rosa Esther Fernández Tapia, quienes completaron información sobre Masaya.

A Margine Gutiérrez, Ricardo Baltodano y Emilia Ruiz; Leonel Sediles, Ramón Morales Alfaro, Róger Gaitán, Edgar Vílchez, Armando Acuña, Lourdes Casco, Reinaldo Díaz, Martha González, Bosco Centeno, Manuel Elvir, Adán Ramos, Alfonso Sálomon, Domingo Gurdián y Alfonso Alemán Montoya. Arlen Verónica Robelo Morales y Lubby Tamara Bonilla Morales, quienes aportaron información y fotografías; Adilia Ramírez se encargó de buscar las fotografías de William Ramírez, su abuelo. En fin, todos ellos estuvieron accesibles para darnos información que nos aclarara sobre los hechos que conforman esta hermosa historia.

La publicación

Agradezco a la Fundación Rosa Luxemburgo y, en particular, a la compañera Ángela Isphording, quien de inmediato acogió la idea y nos apoyó con una contribución económica para que pudiéramos concluir el proceso de trabajo de esta dilatada reconstrucción de la memoria histórica del pueblo de Sandino en lucha contra la dictadura.

A Salvadora Navas, apasionada de la historia de lucha de nuestro país. Su entusiasta respuesta, una vez que le presentamos nuestro proyecto, nos alentó a su culminación. Agradecemos todos los aportes que realizó, junto a su equipo de trabajo conformado por Xalteva González, Fernanda Navas y Carlos Téller. Agradezco a José Hernández, diagramador de esta obra, por todo el empeño y compromiso con que asumió este trabajo.

A mi hija Mónica López Baltodano, responsable de garantizar integralmente todo el proceso final y principal editora de esta obra.

Al Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica (IHNCA) por respaldar con su prestigio la publicación de esta obra y, de manera particular, a Margarita Vannini y Jan Kees de Rooy por sus oportunos aportes y por asumir con entusiasmo este proyecto de recuperación de la historia oral de nuestro país.




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