Los maestros organizados hicimos temblar a Somoza
Antonio Rodríguez López, Alicia Torres, Rosario Aburto, Guillermo Parrales Medina y Lesbia Saravia Gutiérrez
El movimiento magisterial en lucha por sus reivindicaciones, tuvo una historia heroica durante la dictadura somocista. La Federación Sindical de Maestros de Nicaragua (FSMN), se funda en 1952, y desde entonces realizó numerosas jornadas de lucha, hasta 1972, cuando la Federación fue disuelta por la dictadura. Posteriormente los maestros se vuelven a articular en varias organizaciones que terminan confluyendo en los años ochenta en la Asociación Nacional de Educadores de Nicaragua (ANDEN).
La Jornada por la Dignificación del Magisterio Nacional se realiza entre agosto de 1969 y marzo de 1972, y en ella se puso en evidencia la calidad de la que estaban hechos los líderes de ese movimiento y el magisterio en general.
Las reivindicaciones de 1969 eran: reintegro de maestros despedidos en la Escuela Comandante Vigil, destitución del Ministro y Vice-Ministro, aumento y revisión de la escala salarial, subsidios y prestaciones del seguro social, escalafón técnico regulador de tareas docentes en todos los cargos y reformas a la ley especial de jubilación. Esta jornada es reprimida repetidas veces a través de grupos de choques nicolasianos. El asalto a la Casa del Maestro el 20 de agosto de 1969 es de los sucesos emblemáticos de la respuesta dictatorial a las luchas magisteriales.
Los educadores vuelven a la carga el año siguiente con la huelga nacional de maestros de primaria, que fue precedida por una gran marcha por la dignificación del magisterio. En esta marcha participan maestros que caminaron desde Rivas hacia Carazo y por la Carretera Sur hacia Managua, a confluir con otros docentes.
El 12 de octubre de 1970 estalló la huelga y, para hacerla abortar, Somoza cerró el año escolar y despidió arbitrariamente a más de trescientos educadores, la mayor parte de ellos dirigentes de estas luchas.
Varios maestros de Carazo recuerdan la participación de los docentes de este departamento en estas luchas, que fueron también parte de la lucha contra la dictadura somocista.
Profesor Antonio Rodríguez López
Antonio Rodríguez López nace en Jinotepe el 27 de noviembre 1942. Egresa graduado como maestro en 1961 de la Escuela Normal de Varones “Franklin D. Roosevelt”, hoy “Ricardo Morales Avilés”. Ejerce como docente durante seis años en las escuelas nacionales y siete años en colegios privados. Después fue funcionario del Departamento de Educación del Ministerio de Salud. Actualmente está jubilado.
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Recuerda con orgullo que en un tiempo trabajó en Radio Cultural de Carazo y en Radio Ondas del Sur, en las que hizo locución. “Tengo en mi currículum como una guirnalda de amor y de prestigio que fui uno de los pioneros del periodismo radial en esta ciudad de Jinotepe, junto al fallecido periodista y profesor Leonel Delgado López, eso fue de 1969 a 1972, época en que la Guardia de Somoza nos llegó a cerrar el noticiero.”
Trinidad: ¿Qué te impulsó a ser opositor al gobierno de Somoza?
Antonio: En la Escuela Normal de Varones había una serie de maestros muy claros de sus conceptos, quienes nos enseñaron y nos despertaron esa conciencia que todos los humanos llevamos dentro y como maestros se nos enseñó que si íbamos a ser forjadores de conciencia en un país, nosotros debíamos ser los primeros en tenerla. Entonces los maestros no nos desenvolvíamos, pero algunos tomamos muy en serio nuestro papel de dirigentes comunitarios y empezamos a apoyar el desarrollo de la docencia, la protección de la niñez, el mejoramiento de los salarios de los maestros y a reivindicar lo que el somocismo nos negaba.
De esa negativa nació en nosotros un sentimiento anti-somocista, de reclamo en contra de las injusticias, contra las inequidades que había, contra una serie de situaciones de orden moral, económico y social a las que Somoza venía arrastrando al país.
Trinidad: Danos algunos nombres o anécdotas de tu lucha, del Sindicato de Maestros de Carazo, o de Jinotepe.
Antonio: Podría decirte que el hobby de la Guardia Nacional (GN) que entonces ejercía las funciones de policía, era arrestarnos a los dirigentes sindicales. Teníamos doble casa: nuestro hogar y las celdas de la Guardia en el Comando GN, ubicado donde actualmente está una delegación de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN).
Una vez que andaba comprando una medicina para mi hijo mayor que estaba enfermo, me encontré a un guardia y éste me dice: – ¿Para dónde vas? –A comprar una medicina a la farmacia. –No hombre, ¡dame la plata y allá la vas a ir a comprar! Se refería al Cuartel de la Guardia Nacional y entonces me encerraron. A todos nos llevaban así, arbitrariamente. A Silvio Mora, a Leonel Delgado, a Nathán Sevilla, a Jaime Jerez, a Luis Padilla, a una serie de elementos valiosos del magisterio local y departamental que “gozaban” de las carceleadas que nos daba la Guardia. Me acuerdo de Manuel Midence, un guardia nacional que, no solo una vez nos golpeó; otro era Salguera quien falleció en el enfrentamiento con los cuatro héroes de Nandaime.
Trinidad: ¿Qué maestros y de qué municipios fueron los que apoyaron la lucha magisterial de la Federación Sindical de Maestros de Nicaragua (FSMN)?
Antonio: El movimiento tuvo respaldo en Nicaragua y en todo Carazo. La comunidad magisterial nos brindó apoyo, algunos en mayor medida y otros conforme a sus propias posibilidades, porque enfrentarse a la tiranía y a la criminalidad del régimen somocista era una empresa donde uno ponía en riesgo su propia vida. Nosotros tuvimos apoyo de La Paz, El Rosario. En la Paz, José Roberto Aburto Alemán, un hijo dilecto de ese pueblo, nos apoyó mucho, teníamos apoyo en Santa Teresa, como también ahí teníamos unos elementos que nos adversaban, un sindicato blanco de maestros, entre ellos recuerdo a César Omar Campos.1
En Diriamba había gente valiosísima, como Aquiles Rodríguez López, Lesbia Saravia, y otros que lamento no recordar. En Diriamba también existía un sindicato blanco, ahí estaba Obdulia Parrales, y estaba dirigido por el difunto diputado somocista Adolfo “El Pelón” González, quien era represivo con el magisterio, el más represivo de los diputados en el departamento de Carazo.
Nuestro sindicato no pregonaba delincuencia, sencillamente queríamos justicia, reivindicación para los maestros, mejores salarios y una serie de derechos que de haberse conquistado, la educación en Nicaragua quizás hoy fuera la primera en América.
Trinidad: La huelga de 1969 culminó en Managua con una gran marcha que hizo temblar a Somoza. ¿Ya había algún vínculo o se germinaba algo con el Frente Sandinista o con el Frente Estudiantil Revolucionario (FER)?
Antonio: Con los estudiantes nos vinculamos fuertemente a través del Presidente del Centro Universitario de la Universidad Nacional (CUUN), el bachiller Hugo Mejía, toda una personalidad, quien nos brindó todo su apoyo así como del sector universitario nacional.
El movimiento magisterial más bien creo que fue inspiración por el Frente Sandinista, porque en aquel entonces ni se mencionaba, había lucha anti-somocista fuerte, claro, pero más que todo a nivel estudiantil, y de vez en cuando teníamos noticias de asaltos a bancos, las recuperaciones de dinero para mantener la organización de la lucha contra Somoza, eso era bastante incipiente, la formación de cuadros políticos fue algo que se dio posteriormente. En 1969 la lucha magisterial brilló con esplendor, con un paro a nivel nacional que fue cercenado por Somoza mediante un decreto tramposo y engañoso y la cesación de trescientos veinte y dos maestros en toda Nicaragua, entre los que se incluyeron algunos de Carazo, entre los cuales estaban Nathán Sevilla, Silvio Mora, Leonel Delgado y Leonel Román.
Fue cesanteado José Roberto Aburto Alemán, de La Paz, Benjamín Sandoval, tu servidor que te habla, Miguel Brenes Gómez, gran luchador, éste expuso su vida cuando nos tocó defendernos del asalto a la Casa del Maestro en Managua perpetrado por la Guardia Nacional y las turbas nicolasianas. Ese movimiento tomó un auge inesperado para nosotros, fue demasiado para líderes incipientes, porque éramos tan inexpertos que Somoza nos engañó.
Somoza nos engañó con un famoso diálogo en la Casa Presidencial, hizo firmar a la delegación de maestros de la Federación un documento que en una de sus partes decía: los maestros de Nicaragua aceptan haber violado el artículo tal, referido a la prohibición a los empleados públicos de ir a la huelga de, y promete reunirnos nuevamente y seguir conversando. Cuando llegó la hora de la conversación, Somoza dijo que los maestros habían aceptado ser delincuentes por violar la Constitución, que él no podía conversar con delincuentes y que merecíamos estar en la cárcel o en la calle, y así fue que descabezó al movimiento magisterial, mandó a las cárcel a algunos, a la calle a otros pero seguimos luchando como pudimos, con recursos de Amparo en la Corte Suprema de Justicia, huelgas de hambre, pero todo fue, no digo inútil, porque al fin y al cabo dio sus frutos, pero no conseguimos las cosas tal como las habíamos planteado.
Trinidad: ¿Y cuál fue la lucha después?
Antonio: La lucha se descabezó, hay que admitirlo, algunos siguieron sus planes políticos y quedaron enrolados en movimientos estudiantiles, en movimientos cívicos y posteriormente aparecieron como cuadros de la lucha sandinista, como dirigentes de peso.
De ahí salen Nathán Sevilla, William Ramírez, Bruno Gallardo, Napoleón Loáisiga, Eva Conrado Flores, una serie de maestros que para nosotros eran valiosísimos y resultaron valiosos en la lucha anti-somocista.
Trinidad: Muchos se fueron para el exterior…
Antonio: Te decía al comienzo de esta entrevista que al luchar contra Somoza, lo menos que uno exponía era su vida, entonces algunos fallecieron, como José Dolores Páramo, quien apareció muerto aquí en plena lucha en la carretera a Diriamba.
Él era miembro de la Federación Sindical de Maestros de Nicaragua. Primero lo amenazaron y finalmente apareció muerto. Dijeron que por andar en prostíbulos y cosas de borracheras, pero José Dolores era un hombre muy sano, a él lo mataron. Otros se dedicaron a sus negocios particulares. En mi caso yo anduve vendiendo vinagre, vainilla, frambuesa, dando clases a domicilio, también en un colegio particular, entonces de cualquier manera nosotros sobrevivimos, pero siempre con la conciencia recta, firme y limpia.
Profesora Alicia Torres
Alicia Torres es uno de los miembros de la familia Torres Pérez. Tempranamente mostró su vocación por la docencia. Recuerda que las primeras luchas las libraron los maestros empíricos de primaria, que eran maltratados por el régimen educativo somocista.
Alicia: En el año 1966 se organizan los maestros empíricos y titulados, liderados por maestros muy jóvenes recién egresados de las dos normales nacionales, las más importantes del país, la Escuela Normal de Varones “Franklin Delano Roosevelt”, de Jinotepe, y la normal de Señoritas “Salvadora de Somoza”, de San Marcos, asociadas a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Al poco tiempo de organizado el Sindicato, creamos nuestro lema: “Sólo la unidad nos hará fuertes y respetados”. Todavía es vigente en el actual sindicato de maestros. Y tuvimos nuestra Casa del Maestro, alquilada, pero nos daba independencia y seguridad. Allí también hacíamos fiestas para recoger fondos.
En 1967 realizamos una excursión de una semana a la hermana República de Costa Rica, aprovechando las vacaciones de septiembre. No todo era paseo, pues aprovechamos reuniones, asambleas y capacitaciones. Ahí nos dimos cuenta que los maestros de primaria de Costa Rica ganaban mucho mejor salario que los de Nicaragua. Además, tenían mejores prestaciones sociales, y hasta la fecha tienen el mejor seguro social de América Latina.
Cada año elegíamos directiva, pero todavía se creía que el presidente del Sindicato debía ser varón, típico de una sociedad machista. Las luchas y los aires feministas no llegaban aun, estaban en otros mares, pero muchas maestras participaban en las mesas electorales de las paralelas históricas liberales y conservadores, y ya existían el derecho al voto de la mujer así como la organización Ala Femenina Liberal. Pero las maestras éramos electas directivas, lo cual nos permitió aprender a tomar la palabra en público, a redactar actas, y a conocer personalmente a los ministros de Educación de turno.
Al interior del Sindicato había diferentes ideologías, socialista, sandinista, cheguevarista, socialcristiana, liberales, conservadores, etc. Esto era muy especial en Carazo. A través del intercambio con otros departamentos, conocimos lo de Pancasán2. Los maestros de Matagalpa nos contaban sobre el uso de helicópteros en la montaña para reprimir a los campesinos, sabíamos por el diario La Prensa lo del “Che” Guevara, y como jóvenes lo admirábamos.
Siempre hubo una gran cultura política en el departamento de Carazo. Algunos líderes habían estudiado en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), otros conocieron la experiencia del Sindicato de Ferrocarrileros de México, otros viajaban a Centroamérica y América del Sur.
Cuando fuimos donde la ministra Mary Cocó Maltez de Callejas, dijo que los maestros de antes eran verdaderos apóstoles que hasta enseñaban a la luz de los candiles. El profesor Jaime Jerez (q.e.p.d.), de San Marcos, quien había estudiado su secundaria en México, le contestó con energía: Somos apóstoles, pero cobramos. Siempre en el pliego de peticiones estaba incorporado casi de una manera natural, el aumento de salario, y eso no le gustaba a la señora Ministra.
Los profesores de secundaria no apoyaban las luchas de los maestros de primaria. Ellos ganaban tres mil quinientos córdobas mensuales, y podían gastarse diario cien córdobas si querían.
El Sindicato de Maestros de Carazo fue vanguardia en las luchas magisteriales. Los directivos de la FSMN venían para reunirse de noche a planificar actividades, a apoyar las huelgas internas de los centros, a asesorarnos. Nos reuníamos en casas de algunos maestros de Diriamba como Blanquita Fuentes y Esperancita Narváez. Cuando se dio la huelga general en 1969, cuatro profesores caraceños fueron a dialogar con el Presidente, entre ellos una maestra de Jinotepe, Eva Conrado.
En esa huelga fuimos a San Marcos a hacer propaganda en demanda de apoyo para la lucha, y fuimos denunciados por la directora de la Escuela “Fernando Rojas Z.”, la profesora Ofelia Ortega. Casi todos los directores estaban al servicio de la dictadura somocista, eran fieles al régimen. Esta profesora nos mandó a echar presos, a pesar de que luchábamos por ella misma, pues las principales reivindicaciones eran: reconocimientos de zonaje, escalafón, aumento salarial y antigüedad.
En esa ocasión una patrulla de la GN de Jinotepe nos capturó en el kilómetro 42 de la Carretera San Marcos–Jinotepe, cuando ya veníamos de regreso en un taxi. Los capturados fuimos Leonel Delgado, Luis Padilla y quien habla, Alicia Torres. Todos éramos de la directiva. Estuvimos detenidos cuatro horas y fuimos acusados de actividades subversivas. De valientes habíamos ido a la Normal de Señoritas de San Marcos, donde la directora nos vio con la propaganda que llevábamos. Nos metimos a la boca de lobo y nos corrieron.
La huelga consistía en asistir al centro de trabajo y en sacar los asientos en frente de cada aula, era una huelga pacífica pero no pasiva. Allí nos sentábamos toda la mañana. Los alumnos al principio llegaban al centro de estudios, luego no asistían más. Los padres de familia apoyaban la lucha justa de los maestros. Estas acciones fueron de fogueo para la gran marcha nacional donde recorrimos a pie desde todos los departamentos del país.
Existía una escuela donde en la clase de español se estudiaban poemas de protesta, como “Elegía al indio muerto“, del poeta Leonel Calderón, también se enseñaba cantos de protesta contra la guerra de Vietnam. En la tierna memoria de los alumnos quedaban estas luchas, pues muchos de ellos más tarde se convirtieron en guerrilleros o combatientes. Algunos llegaron a ser militares y brillantes alumnos, otros murieron en la lucha y los maestros asistimos a su entierro.
Profesora Rosario Aburto
Nace en el barrio San Juan, de Jinotepe, en febrero de 1938. Sus padres fueron Luis Aburto Méndez y María Teresa Campos. En el año 2001 fue declarada como mejor maestra de primaria a nivel nacional.
La profesora Aburto recuerda que como maestra rural empírica apenas ganaba trescientos córdobas en las escuelas rurales del municipio de Santa Teresa. Por ello, cuando la trasladaron a Güisquiliapa, área semi-urbana de Jinotepe, muchos maestros se juntan para reclamar por el mal trato del director e inspectores del Ministerio de Educación (MED), pero las autoridades pusieron oídos sordos a nuestras peticiones.
Rosario se involucra en el movimiento magisterial. Viendo tanta injusticia, empecé a inquietarme. Además, su esposo era Leonel Delgado, entonces el principal dirigente del magisterio de Carazo, y ella decide acompañarlo en la lucha.
Profesor Leonel Delgado López (+2001)
Fue un joven maestro de educación primara que encabezó las luchas magisteriales en Carazo en los años 1969 y 1970, siendo entonces Presidente de la FSMN, capítulo de Carazo. Fue de los docentes cesanteados por Somoza en 1970. Tuvo que inventar qué hacer para sobrevivir, haciendo de todo, pero no se amilanó y posteriormente estudió periodismo. En esta profesión encontró también una puerta para expresarse desde el punto de vista intelectual, con su vocación pedagógica, y también en su lucha contra la dictadura. Fue parte del Periodismo de Catacumbas, en 1978. (Ante la censura de prensa de la dictadura, el Sindicato de Radio Periodistas de Managua organizó una modalidad para mantener informada a la gente, que consistía en que, ante la imposibilidad de informar por los medios de comunicación masivos, las mujeres y hombres de prensa escribían las noticias diarias y las iban a leer a los templos católicos de los barrios).
Su carrera como periodista la comenzó en Carazo, con el primer radio periódico que hubo en Radio Ondas del Sur, que hizo con Silvio Mora y Antonio Rodríguez, también profesores, que al ser cesanteados decidieron juntarse en esta tarea. También dirigió la Asociación de Periodistas de Oriente (APO), con el licenciado Trinidad Vásquez y Miguel Ángel Borgen “MABO”.
Además trabajó en el noticiero Extra, de Radio Mundial, en La Prensa, de Pedro Joaquín Chamorro, fue fundador del diario Barricada y periodista de El Nuevo Diario.
En Carazo también reconocen a Leonel como colaborador del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en la lucha contra la dictadura. Entre sus compañeros de labores, Leonel es recordado como un hombre recto, íntegro, honesto y muy trabajador, además, como un hombre alegre, jovial, a quien le encantaba cantar acompañado de su guitarra, y alegrar a los demás.
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Rosario: Recuerdo a Miguel Brenes, Antonio Rodríguez, Silvio Mora, mi difunto esposo Leonel y a otros que dieron la batalla. Nos reuníamos en la Casa del Maestro, que quedaba en el mercado municipal. Para entonces los maestros éramos muy jóvenes y los dirigentes no tenían experiencia sindical para la lucha, pero en el camino se forjaron.
Trinidad: ¿Usted participó en la marcha a Managua que convocó la FSMN?
Rosario: Si. Recuerdo que en octubre de l970 salimos a pie una delegación de maestros de Rivas, Nandaime y algunos de Santa Teresa y La Paz de Carazo. En ese tiempo el Inspector Departamental del MED era el profesor Salvador Carrillo, originario de Diriamba, y el Inspector Municipal para Jinotepe, Alonso Macías.
En esas luchas recibimos el apoyo de maestros y también de padres de familia. Recuerdo a Flor del Rosario Briceño y a su esposo Orlando Rodríguez, ambos fallecidos; y a Sebastián Ampié, ya fallecido, que era vecino de la Casa del Maestro. La mayoría tenía miedo, pero muchos simpatizaban con la causa en silencio. Hubo personalidades que apoyaron, como la esposa del Dr. Rómulo Rosales, quien era mexicana, y siempre nos invitaba a su casa el Día del Maestro, el Dr. Hernán Beteta, Jean Sevilla, Sonia Román y otras.
Trinidad: ¿Las apoyó la Escuela anexa de la Normal de Varones?
Rosario: No, la Escuela “Elías Serrano”, en esa época, era de élite, los maestros no admitían niños descalzos ni mal vestidos. Recibían con los brazos abiertos a hijos de oficiales de la Guardia y de funcionarios del régimen. No nos apoyaron. También tuvimos muchos adversarios que llegaban a hostigarnos. Nos amenazaban con que llegarían a desalojarnos con paramilitares, soplones y la Guardia. Recuerdo que echaron preso a Juan Valerio. En realidad todos sufrimos persecución.
Trinidad: Al quedar cesanteados por Somoza ¿cómo hicieron para sobrevivir?
Rosario: Fueron días difíciles, fíjese que yo tenía cuatro niños pequeños y apenas ganaba mensual trescientos córdobas y corren a mi esposo Leonel. Se dio la solidaridad entre los mismos maestros, que compartíamos lo que conseguíamos. Algunos compañeros, aunque con temor, llevaban café, pan y víveres a la Casa del Maestro para ayudar a los cesanteados. Leonel, Silvio Mora y Antonio Rodríguez fundaron un noticiero en la radio local y lograron algunos centavos con anuncios comerciales.
Trinidad: ¿Es verdad que un maestro novato les llevó la lista de los directivos del sindicato blanco que se formó para contrarrestar la lucha?
Rosario: Leonel Delgado recibió la lista de todos los que estaban en el sindicato blanco, y desde ese momentos tuvimos más cuidado.
Nota de Mónica: Víctor Hernández Gutiérrez, recién egresado de la Normal de Jinotepe, cuando se gestaba la lucha magisterial logró hacerse de la lista de los integrantes del recién creado sindicato blanco. Una vez que entró a la oficina del Inspector Departamental, profesor Salvador Carrillo, con quien mantenía amistad, miró en su escritorio las actas de creación de ese sindicato. Las hurtó y las entregó a Leonel Delgado, Presidente de la Federación, que permanecía en la Casa del Maestro en Jinotepe. Eso alertó a los maestros que en esa época desafiaron a la dictadura con un paro nacional y una marcha.
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Trinidad: ¿Qué le pareció ser declarada “Mejor Maestra de Primaria” en el gobierno de Arnoldo Alemán?
Rosario: No podía creerlo. Me dieron un diploma, una medalla y unos dólares que me sirvieron para los gastos de los funerales de Leonel en el 2001, pero lo que más me recompensa ahora que estoy jubilada, es la satisfacción por mi labor cumplida durante cincuenta y tres años dando clases, además, me siento alegre cuando mis alumnos me saludan. No me olvidan. ¡Siempre me recuerdan!
Profesor Guillermo Parrales Medina, de Diriamba
Voy a hablar de la Marcha por la Dignidad de los Maestros que realizamos en octubre de 1970. Salimos de Dolores, ahí llegaron los maestros de Rivas, y los de Diriamba les llevamos el almuerzo preparado por la señora Carmen Bonilla, quien simpatizaba con la huelga. Eran unos cincuenta. Recuerdo como si fuera hoy que traían los pies llagados, y otros, al sacarse los zapatos botaron pedazos de uñas de los dedos gordos del pie. Salimos a las 3:00 pm., rumbo a Managua y en el trayecto se unían algunos simpatizantes. También recibíamos insultos de adeptos al somocismo y una avioneta nos sobrevoló bajito como una forma de intimidarnos.
Llegamos a las 9:30 pm. a la finca El Encanto, kilómetro 22 bajando de El Crucero. Esa quinta es famosa porque se decía que ahí salía el Diablo, y que asustaban. Decidimos descansar y comer algo que la misma doña Carmen Bonilla nos llevó en una camioneta, pero no alcanzó para todos y algunos se quedaron sin comer. Ahí dormimos, y salimos a las 3:00 am, llegamos antes de las 7:00 am. y fuimos recibidos con grandes aplausos por la dirigencia de la Federación.
Recuerdo a los maestros Guillermo Durán, Napoleón Loáisiga, Eva Conrado, Juan Alberto Henríquez y Ofelia Morales. La marcha salió del local del Centro Universitario de la Universidad Nacional (CUUN)-Managua, cerca del Palacio de la Suerte (Lotería), en pleno centro de la capital. En esa época su presidente era Hugo Mejía. El apoyo fue tan inmenso que la Guardia Nacional no se atrevió a disolver la manifestación, pero iba detrás de nosotros. Fue hasta el regreso al local del CUUN que sirvió de refugio a la dirigencia de la FSMN, que la Guardia nos atacó a balazos. Salí corriendo con otros maestros. Fue tanto el susto, que perdí la razón, no supe cómo llegué al Parque Bartolomé de las Casas.
Lesbia Saravia Gutiérrez
Lesbia Saravia Gutiérrez, nace en Diriamba el 1 de septiembre de l944. Son sus padres Manuel Saravia, de León, y Juana Gutiérrez, de Diriamba. Estudia en el Colegio Madre del Divino Pastor, de Diriamba, y después se graduó de maestra en la Escuela Normal de Señoritas “Salvadora de Somoza”, en San Marcos, Carazo.
Su primera labor docente la realiza en la Escuela Anexa de la Normal de San Marcos y después en el Centro Escolar Santa Rosa. “En esa época, me seleccionaron para ir a un curso en Antigua, Guatemala, a conocer el proyecto de desarrollo educativo de Centroamérica. La idea era crear una Escuela Normal Centroamericana que se llamó “Sor Encarnación Rosales”.
Trinidad: ¿Cuáles eran las demandas de ustedes en la jornada por la dignificación del magisterio en 1969?
Lesbia: Nuestras demandas eran simples: que nos pagaran puntualmente, inamovilidad del maestro, porque se daban traslados arbitrarios por los inspectores de educación, y aumento de salarios, entre otros puntos. Los salarios eran muy bajos y cuando los maestros recibían sus cheques en la Dirección de Rentas de Jinotepe, ya los debían. Solo lo entregaban a los famosos prestamistas del 20 por ciento diario.
Nosotros realizamos un paro de maestros en Diriamba, creo que fue en el año 1967 que comenzó en el Centro Escolar “Rene Schick”, por la política arbitraria del Director contra los docentes. La huelga tuvo apoyo de la FSMN capítulo de Carazo, de los padres de familia y de los estudiantes. Tuvo repercusión al salir reportes sobre la misma en el diario La Prensa durante varios días. Tuvo que venir el Ministro Antonio Mora Rostrán a buscar un arreglo a través de la negociación.
Trinidad: ¿Quiénes eran los maestros destacados en la lucha magisterial en Carazo?
Lesbia: Recuerdo a Nathán Sevilla, entonces socialista, Antonio Rodríguez, Miguel Brenes, Arsenio Herrera, Silvio Mora, Flor Briceño, Leonel Delgado, Aquiles Rodríguez, Guillermo Parrales y Ariel Castro (Cabito), entre otros..
En cierto momento Luis Padilla –de quien no sé si era socialcristiano o socialista– llegó a ser Presidente del Sindicato. La verdad es que entró a la lucha con ideas renovadoras y fue un eficiente dirigente magisterial. .
Cuando yo tenía casi cuatro años en la lucha magisterial, me gané una beca como parte de un convenio y fui a estudiar a Francia, por eso no participé en la marcha de maestros en 1970.
Durante mi ausencia, mi madre recibiría mi salario, pero sólo al regresar me enteré que le entregaron únicamente lo correspondiente a un mes, y me cancelaron la plaza de maestra. Logré trabajar en un colegio privado en Diriamba.
NOTAS
1 Según Julio Hernández, César Omar Campos fue un connotado somocista, en un tiempo Inspector Departamental de Educción. Quedó inválido cuando un guardia le dio un balazo en la cabeza a la entrada de un prostíbulo llamado “El pez que fuma”.
2 Se refiere a la guerrilla de Pancasán que fue masacrada en Agosto de 1967