Memorias de la lucha Sandinista

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La heroica "Bella Flor" morazanista

Quxabel Cárdenas


Quxabel Cárdenas “Carolina”, nace el 22 de enero de 1955 en Tegucigalpa, Honduras. Es hija de Dionisio Cárdenas, pedagogo y comunista hondureño. Estudiaba Economía en la Universidad Nacional de Honduras, donde le faltaba un semestre para graduarse, cuando se integra a la actividad guerrillera en Nicaragua en 1975.

Después de trabajar un período en Managua, es trasladada a Chinandega como responsable del subsector. Participa en la insurrección de 1978 y en diferentes acciones ofensivas; llega a ser responsable del Departamento de Chinandega por la Tendencia GPP y, como tal, forma parte del Estado Mayor de la insurrección de Chinandega. Se distinguió en la ofensiva final por su combatividad y firmeza.

Posterior al triunfo de la revolución, ocupa responsabilidades en las estructuras políticas del Frente Sandinista de Liberación Nacional en Chinandega, y otras partes del país. Después de la derrota electoral del FSLN en 1990, se dedica a sus actividades personales, y luego se traslada a Costa Rica, donde trabaja en la defensa de los derechos de los migrantes.

La lucha por la libertad de los nicaragüenses concitó la solidaridad y el compromiso de muchos internacionalistas. El mundo entero siguió el desarrollo de los eventos en Nicaragua, sobre todo en la etapa final, cuando ya fue evidente para todo el mundo que frente a la cruel dictadura, un pueblo entero se rebelaba a costa de su propia vida. En América Latina se crearon comités de solidaridad y en varios países se editaba La Gaceta Sandinista, como un medio para informar a la solidaridad.

Tanto Costa Rica como Honduras fueron escenarios directos de esa solidaridad, pues en las últimas fases, hacia ahí salían masivamente los combatientes perseguidos por la Guardia, la población refugiada después de las insurrecciones y de los bombardeos indiscriminados sobre las ciudades y campos. No es de extrañar entonces, que a nuestro lado combatieran luchadores de distintas partes del mundo, incluyendo europeos y estadounidenses.

Quxabel comenzó apoyando La Gaceta Sandinista, en Honduras; pero luego se vino a nuestro país, como expresión de su ideología revolucionaria y de su compromiso con el cambio profundo de nuestras realidades, convencida de que el triunfo de la revolución en Nicaragua, significaba un triunfo para las ideas progresistas de Centroamérica. En ese compromiso, mostró no sólo su capacidad organizativa, su tenacidad y coraje para permanecer en nuestras tierras en momentos duros de la represión somocista, sino que también mostró heroicidad, como veremos en el testimonio que pudimos obtener conversando con ella, preguntando y hurgando detalles que no siempre se conocen de estas hermosas y a la vez dolorosas jornadas.

Mónica: ¿Cómo es que, siendo hondureña, venís a dar a la lucha a Nicaragua?

Quxabel: Mi papá era comunista, es el profesor Dionisio Cárdenas, uno de los primeros pedagogos de Honduras. Es de origen campesino, su familia empobreció mucho, perdieron sus tierras; pero él, a través del magisterio, fue muy comprometido con la población.

Se iba a la montaña, allá armaba una multiclase, y luego ya a los tres, cuatro años, la dejaba. Entonces, la comunidad bajaba, y decía: –Tenemos escuela, necesitamos profesor, porque el profesor se nos fue; así obligaba al gobierno a extender la educación. De tal manera que hoy quedan unas cuatro o cinco escuelas que llevan el nombre de él.

Él estaba vinculado a las luchas sindicales en las bananeras, y llegó a ser diputado. Estando en esa función, le ofrecieron tierras o muerte, a cambio de firmar una concesión de tierras a la Standard Fruit Company, en Honduras. Entonces él le dijo al General, creo que era Gálvez, que actuara como quisiera, e hizo su discurso de renuncia denunciando todo. Renunció como diputado antes que ceder al chantaje. Le dieron cuatro años de casa por cárcel. Fue una época feliz para nosotros, porque lo veíamos todos los días.

Mónica: ¡Era un hombre muy honrado y decidido!

Quxabel: Profundamente ético. Yo me formé en esa ética; por eso, para mí la lucha contra la corrupción, es central, porque cuando estaba trabajando, yo le decía: –Papi, regáleme ese lápiz. Eran los lápices marca Mongol, que yo los miraba lindos. Entonces me decía: –Este lápiz no se lo puedo dar, porque este lápiz es del pueblo. Se metía la mano a la bolsa y me daba algo: –Este es mi dinero que yo gané, vaya a comprar su lápiz.

Fundó unas revistas que contenían planteamientos de cambios y él creía en la fuerza de la educación para transformar; él creía en el papel del campo y el campesinado, creía en la fuerza de las clases sociales, y luchó, sobre todo, contra la explotación minera, maderera y de la Standard Fruit Company en la zona de Yoro y del Atlántico.

Mi papá era tan respetado, que hay historias muy interesantes. Él debía ser recluido los fines de semana en la cárcel, y el resto estaba con la casa por cárcel; todo eso durante cuatro años. El coronel que estaba a cargo del cuartel, se interesaba por las ideas de mi papá, y armaban reuniones donde estaban el cura, el coronel y el profesor Cárdenas, debatiendo.

Los martes debía ir donde el barbero a cortarse el pelo y entonces ahí seguían discutiendo los tres. Imagínate el coronel debatiendo sobre materialismo, sobre Marx, sobre Engels, sobre El Capital, sobre El Manifiesto Comunista. De esa manera, el Coronel se curaba la espalda de que no lo regañaran porque tenía que echarlo preso, pero realmente lo ocupaban para hacer grandes pláticas. Claro que mi papá sufrió persecución, torturas, y carceleadas duras también.

La cárcel también nos conllevó hambre a toda la familia. Él era un profesor brillante e incorruptible, y eso implicaba grandes privaciones para nosotros.

Mónica: Me decías que otros hermanos tuyos también se involucraron. ¿Tu papá se dio cuenta de eso o murió antes?

Quxabel: Mi hermano Galel se involucró en la lucha guerrillera en Guatemala. Él tiene un poemario bellísimo que, precisamente, ganó el Premio Latinoamericano de Poesía Rubén Darío, en un festival que se realizó acá como en 1982 ó 1983. Lo menciono porque es un poemario donde él rescata la historia de quinientos años de resistencia indígena, años antes que saliera la jornada de los quinientos años; y es muy interesante porque rescata una historia desconocida en Honduras.

Mi papá murió como en 1972. Ya para entonces, nosotros estábamos luchando desde los colegios y en la universidad.

Mónica: ¿Qué quiere decir Quxabel?

Quxabel: Siempre me describo como indigenista, centroamericanista y anti-imperialista, creo que esas son vertientes muy claras que nos heredó mi papá. Él nos puso nombres indígenas o nacionales. Mi hermana se llama Honduras, mi hermano Galel, y yo Quxabel, que es un nombre maya y significa Bella Flor, y que tiene dos historias relacionadas con uno de los picos más altos de Honduras, el Cerro del Pijol, historias lugareñas relacionadas con mi nombre.

La base de mi formación la adquirí en mi casa. Cuando en Honduras empiezan a ceder los regímenes militares, y dar paso a presidentes supuestamente democráticos, nosotros ya tenemos una formación desde nuestra propia casa, que comenzaba por leer y comentar las noticias.

Antes de conocer al Frente Sandinista, yo había estudiado la historia de Lempira y su resistencia contra los españoles, y muchos temas formativos. Recuerdo que la historia de Julio Buitrago la leí en la casa. Nosotros llevábamos una clase de materialismo histórico y dialéctico con un profesor haitiano, que parece que lo desaparecieron después que lo deportaron de Honduras.

Mónica: ¿Cómo te iniciaste en el trabajo revolucionario?

Quxabel: Me inicié en el movimiento estudiantil, en pequeñas luchas a lo interno del Colegio de Señoritas Vicente Cáceres. También en las luchas por el presupuesto universitario. Eran luchas muy fuertes, con participación de grandes grupos; pero la represión militar provocó grandes desbandadas, y nos redujo a grupos pequeños. Recuerdo que en uno de los colegios que quedaba a dos cuadras de Casa Presidencial, nos cercaron unos diez días, hasta que se pudo negociar, y logramos una serie de reivindicaciones para los estudiantes y también para los profesores.

También hicimos luchas en apoyo al magisterio, y ya de ahí quedé absolutamente vinculada al movimiento revolucionario estudiantil, al Frente Revolucionario Unido (FRU), en la universidad. Después, bajo la influencia del Che, pensábamos en organizar guerrillas foquistas.

Trabajé en tres vías: una fue la estudiantil y la incidencia del movimiento estudiantil universitario hacia secundaria; otra fue constituirnos en un pequeño grupo que nos involucramos en movimientos armados. De ahí, algunos de mis compañeros son miembros de lo que finalmente evolucionó a “Cinchoneros”, o a organizaciones muy comprometidas en la lucha armada en Honduras. Yo estuve vinculada en todo el proceso de captación de recursos y demás.

Finalmente, la otra vía fue el contacto con el Frente Sandinista, en el año 1973 ó 1974. En esta etapa, a través del FRU nos vinculamos a algunas células del Frente y hacíamos La Gaceta Sandinista de Honduras; era muy artesanal, de recortes de periódicos, de lo que lográbamos informarnos con alguien que llegaba de Nicaragua.

Militaba en un movimiento revolucionario que estábamos construyendo, un grupo y una red que iba a formar un grupo guerrillero en Olancho; estábamos como decidiendo dónde formar el grupo focal, y preparándonos para ello. Entonces llega Quincho y unos compañeros que creo que eran del Partido Comunista, planteándonos la incorporación al FSLN.

En definitiva, con quien trabajamos fue con Jorge Sinforoso Bravo Sáenz1 y con Carlos Vicente Ibarra “Quincho”. Como nos andaban siguiendo, de un grupo de siete compañeros, dos de nosotras pasamos al trabajo de logística militar, y dejamos el trabajo público.

Posteriormente decidimos que, para la lucha morazánica centroamericana, tener una revolución triunfante en el caso de Nicaragua, significaba una plataforma para el movimiento revolucionario centroamericano; y que en el caso de Honduras, todavía la opción eran pequeños focos. El panorama no era claro y nos íbamos en muchos discursos. Así que me vengo para Nicaragua a finales de 1975 o a principios de 1976.

Mónica: ¿A qué lugar te mandaron?

Quxabel: Vengo aquí a Managua. Estuvimos algunos meses en casas de seguridad donde intercambié con compañeros como Carlos Arroyo, Charlotte Baltodano, Gloria Campos Traña “Yolanda”, tres compañeros que murieron, no recuerdo sus nombres, pero me dijeron que habían muerto.

Quien autoriza nuestra entrada al país es Pedro Aráuz Palacios. A él lo conocimos en Honduras, y vinimos con otra compañera; luego nos separaron cuando quiebran esa casa de seguridad en la Colonia Xolotlán.

Hay una anécdota muy interesante, pues la Guardia monta un operativo militar muy fuerte en esa Colonia. Entonces Pedro Aráuz se disfraza de vendedor de cortes, burlando todo el cerco, fue una cosa impresionante, y llega y nos dice: –El cerco no es contra ustedes, es contra la casa de enfrente, saquen todo lo que tienen. Ese fue un momento heroico de uno de los tantos hechos que demuestran cómo era Pedro, quien en ese momento era uno de los hombres más buscados. Logramos salir por los cauces y nos dispersamos en varias casas de seguridad.

En estas casas conocí a Juan de Dios Muñoz, quien venía completamente herido; hicimos un operativo militar en una clínica para que lo operara un doctor, porque había perdido un ojo. Él venía grave, y el doctor era groserísimo, sin corazón. Lo odié por la forma en que trató a Juan de Dios.

Después de esos meses acá, la represión se vuelve muy fuerte. Trabajé como correo y ahí conocí a Mauricio Valenzuela, quien me transportaba. Era correo de Egda Vélez. Para ubicarnos en el tiempo, cuando Quincho se asila2, ya estoy en Chinandega y Egda asumió Managua; pero ella, después, también se asiló. Eran tiempos muy duros. En Chinandega también había una represión tremenda y fui la primera clandestina que llega después del golpe de la represión.

Émerson Velásquez me da dos o tres contactos. Me dejan en la carretera, me llega a recoger alguien, no recuerdo quién, y resulta que hay un nivel de miedo tan masivo, que nadie te recibía en las casas. Yo estuve tres o cuatro meses que dormía debajo de los puentes, la gente me dejaba entrar a sus casas una hora, dos horas, y ahí empecé a buscar, sin mayores contactos, empezamos a buscar gente. A Émerson lo mirábamos de vez en cuando.

Mónica: ¿Quiénes eran los que habían caído presos?

Quxabel: Por ejemplo, había caído preso un doctor Plutarco Anduray, de El Viejo, El doctor Carrillo, papá de Aída Carrillo, que fue dirigente de los Comités de Defensa Sandinista (CDS) después del triunfo, Amílcar Lorente3, y otros que no recuerdo, pero habían desmantelándolas estructuras y ahí no había nada. Émerson ya estaba, pero realmente no era consistente. Un punto importante es que cuando yo llego al Frente, a mí no me formó mucho, que digamos. Yo vivo mi proceso de formación con mi papá y con el Partido Comunista de Honduras y los otros grupos que estábamos formando. Aquí, además que había un terror muy grande, había falta de formación, y nosotros contrastábamos lo de Honduras.

Comentario de la autora: En el nivel de desmantelamiento de las estructuras en Chinandega, concurren varios factores:

a) La represión de la Guardia: en marzo de 1975, se desmantelan las estructuras de valiosos colaboradores como Alonso Porras, padre Plutarco Anduray, padre y Plutarco Anduray hijo “Plutarquín”, el doctor Godoy, el doctor Carrillo, Amílcar Lorente “Chequel”.

Después que se descubre la escuela de El Sauce en agosto de 1975, donde caen valiosos compañeros que trabajaban en Chinandega, la Guardia desata una represión que se extendió todo el resto del año 1975. En ese período cayeron presos valiosos colaboradores pero también militantes a cargo del trabajo político organizativo, entre ellos: Liana Benavides Grutter, Lucas Cortez, Maximiliano Martínez, Alejandro Herrera, Juan José Úbeda, Roberto Montenegro, liberado en el asalto al Palacio; Luis Felipe Moncada que cayó luego en la masacre de Nueva Guinea.

b) Las informaciones que entrega “Chequel” Amílcar Lorente, porque no soportó los interrogatorios y entregó valiosa información al enemigo, incluyendo las circunstancias de la muerte de Chicho Zepeda, combatiente de Raití y viejo militante del FSLN, quien había sido fusilado en junio de1974 sin una verdadera investigación. La Guardia llevó capturado a Juan José Úbeda a desenterrar los restos de Chicho, con un despliegue publicitario muy grande. Eso provocó desconcierto en las redes del FSLN, en particular en El Viejo de donde Chicho había sido un pilar revolucionario.

c) La deserción de Plutarco Elías Hernández, el tico, quien abandona el trabajo en diciembre de 1975, dejando al garete todo el esfuerzo.

d) El otro factor fue la división. Algunos de los más importantes cuadros del territorio se desvincularon de las estructuras, cuando se expulsa a Jaime Wheelock, Luis Carrión y Roberto Huembes. Luego se vuelven de la Tendencia Proletaria y empiezan a formar sus propias redes. Cuando Quxabel llega como GPP, a tratar de reconstruir estas redes, se encuentra con una situación precaria.

Quxabel: Yo tenía la experiencia de Honduras y, cuando pasé a Chinandega, efectivamente observamos mucha debilidad en la organización. Además, en mi caso, se trataba de aprender de un nuevo país. La persecución era muy fuerte, pero ya sabíamos lo que era la represión, nosotros habíamos hecho acciones en Honduras y la habíamos vivido.

Chinandega había sido muy reprimida, muy golpeada; pero también era una población muy receptiva. Abrimos trabajo con obreros de GRACSA, de las desmotadoras. Contactamos a campesinos. Una persona bellísima, don Toño, de la comarca La Grecia, que fue maravilloso porque él fue combatiente de Sandino; entonces él nos adoraba, estaba emocionadísimo con el Frente. Abrimos trabajo en muchas de las comarcas de Chinandega, alrededor de la Grecia.

En Chinandega, el vínculo, el contacto era Émerson. Nos mirábamos y tratábamos de hacer algunas coordinaciones, pero cada quien fue abriendo su propio trabajo, y ahí nos encontramos con Walter Pentzke. A él le dieron un nivel de responsabilidad y un área de trabajo.

Mónica: ¿Cuándo más o menos llega Walter Pentzke a Chinandega y cómo estaba organizado el trabajo?

Quxabel: Walter Pentzke llega como en marzo del 764. Con él abrimos el trabajo campesino. Empezamos por la Grecia, y luego nos fuimos abriendo hacia las demás comarcas de Chinandega, hacia Ranchería y también en dirección del San Cristóbal. Todos teníamos nuestras propias casas de seguridad. Luego abrimos trabajo también hacia El Viejo, hacia Corinto y también hacia Chichigalpa.

Unos meses después, llegó Lourdes Jirón quien se encargó por un tiempo de Chichigalpa. Cuando ella llegó, fue un tiempo muy lindo. Nos reuníamos los tres e intercambiábamos, ya teníamos con quién hablar y de la misma calidad. Percibimos que Émerson tenía una dinámica diferente de la nuestra; pongámosle así para no entrar en mayores detalles; entonces, empezamos ampliar el trabajo en la parte que nos correspondía.

En ese período, recuerdo una carta que nos pareció maravillosa y que nos envía Bayardo Arce. Fue la primera carta después de casi seis meses de estar trabajando ahí, que yo recibía. La carta era dirigida a los tres: a Carolina, a Danilo y Esperanza, no sé el orden, pero eso no es importante. Lo impresionante es que teníamos seis meses sin saber nada del mando; nos dio información y dice: – ¡Nosotros estamos bien, estamos haciendo estas y estas acciones, queremos que nos respondan!

Mónica: ¿Cómo afectó el trabajo de Chinandega, el surgimiento de las tendencias?

Quxabel: Cuando llego, ése fue uno de los problemas a los que nos enfrentamos. Nosotros aducíamos la situación del debilitamiento de la estructura, al hecho que Émerson estaba tomando su decisión de si se quedaba con los Terceristas o con los GPP. Él se hizo Tercerista a los dos o tres meses, y entonces “Danilo” Walter Pentzke y yo, nos quedamos como GPP.

El trabajo fue creciendo, formábamos células de la gente que mirábamos que tenía más calidades para involucrarse a nivel militar o logística y también redes de colaboradores y el trabajo público. Formamos la Asociación de Estudiantes Universitarios de Chinandega, que tenía un grupo en Managua y un grupo de León; formamos grupos y células campesinas en las comarcas La Grecia, y San Benito; formamos las células obreras en la aceitera GRACSA, en las desmotadoras, e hicimos trabajo comunitario barrio a barrio; formamos los Comités de Acción Popular y también impulsamos AMPRONAC, en donde coincidíamos con los Proles.

Nosotros estábamos muy estructurados, pero la represión era terrible; por ejemplo, yo hice varias escuelas militares en Corinto, en las islas, eso debe de haber sido en el 76, habíamos abierto el movimiento estudiantil, el movimiento de mujeres. En Corinto estaba Martha Isabel Cranshaw abriendo el movimiento Cristiano. Yo no tenía nada que ver con ella porque era de la Tendencia Proletaria, pero ambas nos conocíamos y compartíamos algunas áreas de trabajo.

Ella cae presa y yo me doy cuenta porque estando en una casa de seguridad en Corinto, me llega a decir la gente muerta de miedo, que me vaya porque, nos van a matar5. A partir de eso, ya la pasada por Corinto, fue bien difícil, por los tranques permanentes sobre el puente.

Mónica: Después que matan a Walter, ¿cómo queda la estructura, cómo lo reponen a él?

Quxabel: Después de la captura y asesinato de Walter, la Guardia nos sitia en una casa y ahí estamos “Esperanza” y yo. La cuartería donde vivíamos era alquilada por una compañera que se llamaba Gladys Mondragón, quien tenía un compromiso y fidelidad a la causa, impresionante. Ella era trabajadora doméstica y con ese salario nos daba de comer y nos ayudaba. Era la compañera de Sergio Lira y nos había alquilado cuarterías en cuatro barrios distintos. Uno de ellos lo usaba Walter Pentzke; seguramente por eso detectaron la casa donde nosotros estábamos, que quedaba cerca del Barrio San Agustín. Después Lourdes pasó a León. En mucho tiempo, yo fui quedando sola, porque capturaron a muchos. Creo que un tiempo llegó Aura Ortiz, pero sólo estuvo unos meses.

Bayardo hizo dos o tres visitas a Chinandega. Eran tiempos en que había mucha gente asilada, muchas persecuciones, entonces Bayardo llegó casi como al año, año y medio después que me habían trasladado6. Nos ayudaba mucho el vínculo mío con la Asociación de Estudiantes Universitarios tanto de Managua como de León; nos servía porque nos comentaban lo que estaban haciendo y eso nos daba luces, y siempre hicimos un trabajo muy arduo en los tres frentes: el político público, el logístico y las células militares y de entrenamiento, que luego se convirtieron en unidades de combate.

Mónica: Hablemos un poco de las insurrecciones. ¿Qué acciones se dieron en 1978?

Quxabel: En ese período mandan a Mauricio Valenzuela a quien ya conocía; él era el que me movilizaba a mí como correo, en Managua. A él le habían dado una escuela militar para acciones urbanas y llega a formarnos, a prepararnos; da la escuela e hicimos varios operativos militares. Asaltamos algunos bancos, recuperamos materiales, hicimos ataques a los BECAT, y él quedó un poco llevando informaciones, orientaciones, pero un tanto limitado a lo militar.

Mónica: Entonces, ¿ustedes lograron estructurar alguna unidad de combate en Chinandega?

Quxabel: Sí, nosotros teníamos unidad de combate en Corinto y otra en Chinandega e iniciamos una ofensiva que era de golpear y retirarse. Desde el 78 nos mantuvimos en ofensiva. Hicimos una serie de acciones militares.

En febrero de 1978 tuve que salir porque estaba embarazada; me reintegro como a los veinticinco días de haber tenido a Itzel, quien nace en mayo de 1978, y doy una escuela. Por eso es que me salió una hernia que casi me mata y que hasta ahora me da problemas. Hicimos acciones de propaganda armada antes de la insurrección del 78.

Nosotros, con Mauricio Valenzuela que estaba en Chinandega para esa insurrección, y un grupo de los Proles con Carlos Zamora, insurreccionamos una parte de Chinandega. También atacamos y rodeamos los comandos de El Viejo y Chinandega, y dominamos parcialmente Chinandega, todo el centro, el mercado, Guadalupe… Ahí nosotros estuvimos como cinco o siete días, y luego ellos nos fueron dominando, y nos retiramos hacia los barrios.

Los Terces estaban más hacia el lado de Somotillo, más hacia El Viejo; pero realmente no tuvieron una actuación destacada en esa insurrección. Émerson era el coordinador de ellos, creo.

Para esta insurrección, hicimos algunas reuniones unitarias, porque ahí fue donde yo conocí a Carlos Zamora, pero cada quien operó en sus espacios. Prácticamente dividimos la ciudad en pedazos; nosotros agarramos toda la parte que es desde que se entra a Chinandega hasta el mercado, hasta el cementerio, toda esa parte la teníamos insurreccionada, la iglesia San Agustín, la iglesia El Calvario; hicimos barricadas, tomamos posiciones y tuvimos tomada la ciudad de tres a cuatro días. Ahí se desplegó una gran fuerza pero con pocas armas.

Teníamos casas comandos, ya habíamos recuperado armas, yo andaba una UZI; pero la mayor parte eran todavía armas de cacería. Un dato importante es que para esa insurrección, aparece una fuerza que me recuerda mucho a lo que describe Franz Fanon en Los Condenados de la Tierra. Los Terce habían captado a dos dirigentes naturales corruptos, delincuentes: “El Negro” William y “Juan Pelón”.

“Juan Pelón” lo que hizo fue saquear el mercado e incendiar, pero ellos andaban como dos mil personas que los seguían, ¡una cosa impresionante! Era un pillaje organizado y estructurado. “Juan Pelón” tenía dominio de una parte de Chinandega que da hacia El Realejo, y en cada operación él no actuaba con menos de quinientas personas.

En esa insurrección de 1978, como la movilización fue masiva, se da un repliegue masivo también. La Guardia bombardea Chinandega. Nos tenemos que replegar y eso lo coordina Mauricio. La unidad principal nuestra huye por el cerro San Cristóbal, nos persiguen con aviones en los campos. Unas cinco mil, ocho mil personas huyen con nosotros por los cauces. Porque repito, la participación, cuando nosotros tomábamos las ciudades fue masiva.

Para esta insurrección, los tres clandestinos éramos Alonso Porras, “María de los Ángeles” “Paloma” por los Terces y yo.

Cuando se da el saqueo de las bodegas de Corinto, después de la insurrección de 1978, una parte de nuestra gente hizo buzones y guardó comida, leche en polvo y lo que pudiera servir luego, para protegerla de los cateos de la Guardia. Sacarla de Corinto era difícil entonces. Todo eso nos sirvió después. Eso no fue una reacción casual, que el somocismo la manejó como vandalismo.

Mónica: He podido establecer que “María de los Ángeles” es Silvia Marlene Ramírez Tapia, que juega un rol destacado en Chinandega, es la que sostiene el trabajo Tercerista, y creo que debemos investigar más.

Aparentemente para esa insurrección acababan de trasladar a Blas Real Espinal y a María del Pilar Gutiérrez. Pero un poco más de un mes después de esa insurrección, el 31 de octubre, caen Blas Real Espinal, David Martínez Santamaría, María del Pilar Gutiérrez, José Benito Centeno y Francisco Méndez Munguía7. Éste fue un golpe muy fuerte, porque eran compañeros con experiencia en el trabajo de organización.

Quxabel: David Martínez había sido casa de seguridad mía. Claro, vino Blas con mucha plata y armas, y se pasó a trabajar con ellos. Pero todo ese tiempo la responsable de los Terces era “Paloma” Silvia Marlene Ramírez Tapia. Cuando matan a Blas, ella vuelve a tomar el trabajo. Después de la insurrección de 1978, atacamos a tres jeep BECAT. Uno de ellos en la carretera principal, por Chichigalpa. La operación fue dirigida por Mauricio y vimos claramente cómo se le fue la dirección al vehículo. Teníamos la casa de seguridad cerca de Chichigalpa.

Las otras fueron acciones que yo dirigí, pues fui la jefa político militar de la Tendencia de manera permanente, desde que entré. En dos ocasiones emboscamos BECAT que se movían entre Los Encuentros a la desmotadora en la salida a Somotillo. También hicimos algunos ataques a comandos de los pueblos pequeños en el año 1979, un asalto a una sucursal bancaria por el Colegio San Luis, que además combinamos con la movilización política en Corinto, para sacar a jóvenes que estaban presos y la Guardia exigía un pago en dinero para liberarlos.

Mónica: Contanos sobre la insurrección final…

Quxabel: La insurrección final la iniciamos de manera conjunta. Las primeras pláticas unitarias las iniciamos con presencia de Araceli Pérez Darias, unos días antes que la asesinaran en Veracruz, en abril. Con esas pláticas empezamos las acciones conjuntas.

Las que teníamos el trabajo más grande en la ciudad de Chinandega éramos “María de los Ángeles” Silvia Marlene Ramírez y yo. Nosotras tuvimos el trabajo más masivo, más amplio, más estructurado, más cualificado. Unos días antes de la insurrección, llegó Carlos Brenes, por los Terceristas.

Mónica: ¿De dónde era Silvia Marlene Ramírez?

Quxabel: Según me cuenta su familia, eran originarios de Masaya. No sé por qué razón las hermanas quedaron en Corinto y Chinandega, pero ellas originalmente eran de Masaya.

A partir de abril, iniciamos acciones ofensivas unitarias. Nosotros acordamos una acción unitaria hacia Chichigalpa y Posoltega. Lo que se hacía era dividirse los objetivos, porque las unidades no se mezclaban. Nosotros, los GPP, hicimos un ataque a las seis de la mañana al Comando de Posoltega. Recuperamos unos camiones del Ingenio San Antonio y con esos camiones fue que atacamos y cercamos el casco del pueblo, pero no nos tomamos Posoltega, sino que fue un ataque al Comando de la Guardia. Ahí cae combatiendo Filiberto Morales, quien había llegado recientemente hacía unos dos meses, con la idea de reforzarnos. Era de León, estudiante de medicina y fue compañero de Milagros Leytón. Esa acción la dirijo yo, y ahí muere también un compañero al que le decíamos “El Masaya”, nunca supe su nombre.

Comentario de la autora: Según las cronologías oficiales, el 21 de mayo de 1979 se realiza la toma de Posoltega, cayendo, entre otros, el combatiente Leonardo Bustos Selva, pero no pude establecer de dónde era originario para buscar algunos otros datos.

Quxabel: La unidad de las tendencias era un proceso que estaba en sus inicios. Cada tendencia mantenía mucha secretividad de sus propios planes y lo que había eran algunos contactos elementales. Las personas que habíamos creado una confianza y respeto en base a vernos en el trabajo clandestino de años, éramos: “María de los Ángeles” Marlene Ramírez Tapia, Alonso Porras y yo, Quxabel Cárdenas. Los Prole y los Terce destinaron, a partir, tal vez, de abril 1979, varios cuadros, pero no había transcurrido el tiempo necesario para la construcción de confianzas que dan forma a la unidad.

En los días previos a la insurrección, la Guardia masacra a un aproximado de veintidós jóvenes. Los va a sacar a sus casas. Los asesinados era gente nuestra de las tres tendencias que la Guardia ubica y las llega a sacar casa a casa y los mata.

Comentario de la autora: El 25 de mayo, la Guardia opera brutalmente contra Chichigalpa, realizando un cateo casa por casa, capturando y asesinando a todo el que le resultara sospechoso. Van guiados por Uriel Navarrete, a quien los combatientes denuncian como un delator. El cateo lo comienzan desde la entrada de Chichigalpa hasta la propia ciudad.

En la edición de La Prensa del 27 de mayo de 1979, se publica un reportaje y abundantes fotos con la siguiente información:

La madrugada del viernes 25 de mayo de 1979, Chichigalpa se vio convulsionada cuando patrullas de la Guardia Nacional dieron muerte a ocho personas durante un operativo militar que siguió a los sucesos del día, en que elementos sandinistas se enfrentaron al ejército, con saldo de varias bajas.

La lista de asesinados ese día y que presenta La Prensa son:

1) Miguel Blandón Morales, 2) Rolando Herrera Méndez, 3) Armando Herrera Núñez, 4) Carlos Solís, padre, 5) Ronaldo Altamirano Acosta, 6) Rolando Martínez Saavedra, 7) Rolando Rodríguez, 8) Sr. Romero, esposo de Cristina Díaz de Romero.

Según los familiares, ellos se disponían a marcharse a sus trabajos, o todavía estaban acostados, cuando fueron asesinados. Los familiares que informaron fueron: Concepción González, Plácida de Solís y Cristina Díaz de Romero.

Otra noticia de La Prensa, difundida el 26 de mayo, decía que:

El miércoles 23, la GN había capturado al estudiante del Instituto San Luis Gonzaga de Chichigalpa, Israel Zapata de 18 años, quien fue trasladado a las cárceles de Chinandega. Y a las 10 de la noche de ese mismo día, su cadáver fue llevado por una patrulla a la Morgue del Hospital San Vicente con claras señales de torturas con chuzos eléctricos y el testículo derecho enormemente inflamado.

Otras fuentes mencionan a Albino Acosta, como otra de las víctimas de esta masacre.

Frente a estos actos brutales, bases de la GPP y los Proletarios salen con gente organizada de Chichigalpa hacia El Chonco, igual van cientos de jóvenes que no quieren ser asesinados. En las faldas del Chonco hay centenares de personas huyendo de la represión que luego se suman a las acciones de resistencia, construcción de trincheras y al combate.

Quxabel: El plan insurreccional nos fue informado por los Terce en una reunión el 30 de mayo. Ello nos puso en una grave disyuntiva: si a partir de la información prepararnos de emergencia para participar, o esperar que se dieran los hechos. Para nosotros, más que un plan, fue una realidad a la que debimos ajustarnos.

El Plan, en síntesis, era:

1) El día 2 iniciar la insurrección a nivel departamental: Chinandega, Chichigalpa, el Viejo, Corinto con acciones militares e insurrección de la población, al menos en Chinandega. Para ello, a mí de la GPP, me tocaría activar las unidades de combate que tenía dentro de la ciudad de Chinandega. En los barrios Guadalupe, San Agustín, el Cementerio, hasta el punto de Los Encuentros; El Calvario, Barrio la Cruz, La Libertad, y se sumarían los otros barrios como los hoy Gerardo Lindo y Jonathan González. Se pararían las desmotadoras, GRACSA, donde estaban actuando los CAP y las células obreras, y se paralizarían los colegios.

También coordinaríamos la fuerza GPP de Chichigalpa con los Proles, en particular con Domingo Martínez, y ambos paralizaríamos el Ingenio y la licorera, e insurreccionaríamos, al menos la salida de Chichigalpa. “María de los Ángeles” haría lo propio con su fuerza en estas mismas direcciones.

La GPP tenía organizadas, formadas y disciplinadas en las tres ciudades de Chinandega, Corinto, El Viejo, cuatro unidades de combate; pero el armamento era exiguo. Nuestro papel sería distraer, atacar, insurreccionar, mientras entraba la fuerza determinante, bien armada y estructurada de los Terceristas.

2) Carlos Brenes informa que entrará una unidad de los Terceristas, unos sesenta a cien hombres con ametralladoras de alto calibre y armamento pesado que entraría por Potosí-El Viejo-Chinandega y vendría con ellos Émerson Velásquez.

3) Una unidad de cuarenta combatientes bien armados y con entrenamiento, al mando de Alonso Porras, procedentes de Honduras, vendrían por Ranchería a atacar la ciudad de Chinandega.

4) Otra unidad al mando de Sergio Mendoza entraría de Honduras a atacar Somotillo y Villanueva y, una vez resuelto, también caería sobre Chinandega.

¿Qué fue lo que realmente ocurrió? El día antes de la insurrección, estamos claros de que la Guardia está posicionada de los lugares estratégicos, pero el nivel de las fuerzas que encontramos era muy superior. Estamos claros que debemos movernos en una ciudad cercada.

El primero, en la madrugada, entro al cerco que tiene la Guardia en una casa de seguridad del barrio San Agustín, donde se iban a concentrar unos compañeros en espera de armas. Ahí la compañera de la casa me grita, desesperada, que me vaya. La Guardia, hace dos horas, cateó la casa; los diez combatientes reunidos, lograron huir. No pueden combatir porque no tenían armas. En este grupo está Gerardo Lindo. Todo está rodeado, y detectan a unos 50 guardias y una tanqueta, pero logro evadirme.

Después de eso, me voy con Pablo Coca a Chichigalpa a unificar a los combatientes GPP–Proles. Acordamos que Domingo Martínez (Prole) coordine, pero la Guardia tiene tomada toda la ciudad de Chichigalpa y nuestra gente ha huido por la persecución, las masacres, las cateadas masivas. Regresamos en el carro de Pablo Coca “Walter”, a Chinandega.

El día 2 de junio, en Chinandega hay ambiente insurreccional, levantamientos populares en buena parte de los barrios, pero no hay todavía unidades orgánicas. El responsable GPP para dirigir todo el levantamiento de masas, llamar a la gente a las calles a poner barricadas y apoyar la insurrección era Daniel Pozo. Y no tengo claro si se insurreccionan el primero o el dos, por la noche.

Ese mismo día, a las 9-10 de la mañana, llego a la casa que tienen los Terces como puesto de mando. Hablo con Carlos Brenes; ellos tienen radio, y ahí escucho el llamado de auxilio de “María de los Ángeles” quien primero se identifica: –“Paloma, Paloma, estamos rodeados, nos atacan, ayuda, ayuda. Los Terces no tienen gente en ese momento. Decido ir en ayuda de “María de los Ángeles” con cinco o seis compañeros y tres armas de cacería, más mi arma corta, para realizar acciones de distracción contra la Guardia, disparándoles por detrás.

Sin embargo, lo que encontramos es que “María de los Ángeles” está cercada por unos cien guardias de infantería, una tanqueta. Les disparamos y más bien destacan una fuerza que nos persigue. Y es ahí por el predio vacío, a la par del Hotel Cosigüina, al pasar la carretera, donde entramos en combate con el puesto que tiene la Guardia en el depósito de la Coca-Cola; nos disparan con ametralladora 30. Después de veinte o treinta minutos, vamos en retirada y nos dirigimos a buscar el buzón de armas que tenemos en el Reparto Estela. En estas acciones hieren a un compañero estudiante, que después rematan en el hospital. Recibo un refilón en la pierna. Para poder ir a buscar las armas, tengo que hacer un rodeo sobre la ciudad, porque ya la Guardia tiene bien posicionadas sus fuerzas. Hay además tropas del CONDECA.

Oyente: Buenos días, compañera Mónica. Desde hace tiempo, en las celebraciones de la revolución, nunca he oído que hayan recordado a una muchacha que dio su vida por la revolución y que se enfrentó a la Guardia Nacional en las ciudades, porque ella no anduvo en los montes. Me refiero a la muchacha Silvia Marlene Ramírez Tapia, andaba un seudónimo de “María de los Ángeles”. Ella luchó ahí y arriesgaba su vida cuando se trasegaban las armas que desde El Salvador, pasaban a la Isla de Castañones en Corinto, y ella arriesgaba la vida para traerlas de allí para el Frente de Chinandega.

Andaba con otra muchacha guerrillera Araceli. Silvia fue la que sentó batalla allí en Chinandega y murió el 2 de junio del 79, a las puertas del triunfo de la revolución. Ella era de Masaya pero estuvo en el Frente de Occidental de Chinandega. Cuando la insurrección del 78, tuvo que irse ella con un grupito al norte y cuando ya regresó vino con mucho mayor número de gente, y allí dio su vida defendiendo un puesto para que sus compañeros pudieran retirarse. Ella estuvo en la avanzada y protegió la retirada de muchos muchachos.

Quxabel: Después de intentar apoyar inútilmente a “María de los Ángeles”, ya de noche llegamos al Reparto Estela, donde nos dispersamos a varias casas. Yo tenía una casa de seguridad ahí y me encuentro a Lucrecia “Quechita” Lindo, quien recientemente se había integrado a la clandestinidad. Ahí descansamos, comimos y “Quechita” me curó la herida de refilón en la pierna y me puso un suero.

Al día siguiente, los contactos me informan que la Guardia ha sofocado la insurrección, que hay muchos presos. Decido entrar a Chinandega a rearticular la acción e identificar los puestos de la Guardia. Todos los puentes de entrada a Chinandega están tomados por la Guardia. Me visto muy femenina para intentar entrar por el puente La Libertad. “Quechita” se ofreció a ir conmigo, lo que era muy conveniente porque los hombres jóvenes estaban siendo capturados masivamente.

Ahí en la entrada de ese puente La Libertad, nos capturan, y luego nos llevaron a una desmotadora, a una requisa. Pero era evidente que nos querían violar. Nosotras les decíamos que nuestro papá estaba grave en el hospital. Yo tenía horror, porque si me revisaban, me iban a encontrar completamente llena de morados y raspones de toda esa jornada. Un oficial salvadoreño que estaba al mando, ordena que nos dejen libres. Los que estaban ahí eran unidades del Consejo de Defensa Centroamericano.

Los guardias, molestos, una vez que nos vamos, nos empiezan a blanquear, cuando vamos a la mitad del puente. Logramos evadir las balas. Vamos a varias casas de colaboradores, y todos nos dicen que la Guardia tiene controlada la ciudad. Confirmamos que hay un sitio total. Las fuerzas del CONDECA tienen un cerco estratégico total sobre la ciudad, hay un despliegue de fuerzas nunca antes visto.

Llegamos al barrio aledaño a San Agustín, de nuevo a la casa de los Terces, ahí está Carlos Brenes con otros compañeros. Yo les hago ver que tengo gente, pero sin armas. El problema es que tenemos insurreccionado Chinandega con bombas molotov, pozos de tiradores, con armas de cacería y civiles dispuestos, pero ¿dónde están las armas? “Popo” Navarro comenta que hay un buzón al lado de Tonalá, pero no tiene hombres para ir. Acordamos que yo pongo 25 combatientes y que nos da armas por combatientes. Recuerdo que dentro del grupo íbamos tres mujeres, “Quechita” Lucrecia Lindo y una joven de 15 o 16 años. Era de reciente ingreso. Me llevo a los compañeros de la unidad de combate de San Agustín, a la cual ya esa noche he mandado a re contactar.

Dentro de ellos iba un compañero al que le decían “El Chele”; era un joven fornido, blanco, con el pelo muy amarillo, corto; y va con nosotros “Popo” Navarro, el Tercerista. Partimos como a las diez o las once de la noche, vía San Agustín, cruzando la carretera, Guadalupe, bordeando el cementerio, El Viejo, Tonalá. Todo estaba tomado por la Guardia, logramos burlar sus puntos de control. Caminamos toda la noche, sin descansar, por los algodonales y las bananeras; llegamos a las cinco o seis de la mañana a la finca donde estaba el buzón; comimos, tomamos agua y café, y sacamos las armas. Recuperamos un camión, montamos las armas, íbamos alegres.

Como a los cuarenta y cinco minutos, caímos en la emboscada, fue en carretera de tierra entre algodonales. Nos estaba esperando la Guardia. Ahí empezamos a disparar, en especial “Popo” y yo, algunos venían adormilados. A mi lado cae muerto “Popo”, y me hieren a mí en medio de las cejas, una bala que me rozó el parpado. Logro ver cuando unos diez compañeros huían por los algodonales; yo les gritaba que siguieran, que nos retiráramos. La muchacha entra en pánico, creo que al verme sangrando. En la retirada nos perdimos. Sólo quedaron conmigo tres compañeros o dos, incluida la muchacha.

Una avioneta nos siguió todo el día, hasta las cuatro de la tarde. Nunca dejamos de verla, siempre reaparecía; la gente de las fincas nos decía por dónde seguir; en algún lugar me dieron sorbos de sopa de frijoles, agua, hasta que llegamos a una casita de madera. Cuando vi la carretera, estábamos cerca de los silos, podíamos cruzar por la noche la carretera y llegar al Reparto Estela.

Era el mismo barrio donde habíamos estado con “Quechita”, o sea, dimos la vuelta completa alrededor de Chinandega. Una jornada brutal. Ahí me desmayé. No recuerdo si estuve uno o dos días sin despertar. Heriberto, el doctor, me puso suero y me curó; cuando me desperté, vi su sonrisa y me dijo: –Compañera, se va a poner bien.

Después me enseñaron el artículo de Novedades que decía mi historial. Aunque decían otras muchas mentiras, lo más importante es que me daban por muerta. Les pregunté por “Quechita”, por los demás compañeros, y me dijeron que había cinco muertos, entre ellos “Quechita” y “Popo” y “El Chele”. Habíamos perdido a compañeros de gran calidad. “Popo” Navarro era quien iba dirigiendo militarmente al grupo, era un compañero bellísimo. Luego reagrupamos a los que lograron salir vivos y ellos llevaban parte de las armas que habíamos ido a sacar al buzón de Tonalá, pero el grueso del lote quedó en el camión. Yo anduve toda la guerra con la cara inflamada por ese balazo.

Publicado en Novedades, lunes 04 de junio de 1979:

61 terroristas abatidos en Chinandega, incluida la comandante Carolina.

La Oficina de Leyes de la Guardia Nacional de Nicaragua informa a la ciudadanía que a las 07:00 de la mañana de hoy, 02 de junio de 1979, patrullas de la Policía de Chinandega sorprendieron a la entrada de la ciudad a un grupo de terroristas que intentaban llegar al centro de la población. Al trabarse el combate los terroristas se posesionaron del barrio La Cruz, del cual fueron desalojados, siendo abatidos 53 terroristas, entre ellos la Comandante Carolina.

Comentario de la autora: Ha sido un poco difícil reconstruir la lista de los caídos. En las cronologías oficiales no aparece ninguno de estos nombres. Según diversas fuentes, los caídos el 2 de junio son:

Silvia Marlene Ramírez Tapia “Paola” o “María de los Ángeles”, originaria de Masaya; Bayardo Eliseo Salinas; César Ramón Juárez; Narciso Izaguirre; Matilde Chavarría “María Mercedes”; Ramón Salvatierra; Mariano Chávez; Denis Mayorga; Rudy Mayorga; Freddy Pereira; Narciso Mendoza; Ricardo Vásquez; Oscar Molina. Se afirma que también murió una niña de nombre Patricia, que tenía apenas seis años. Con su mamá, de nombre Juliana Gunara, vivían a veinte metros, y la niña fue la primera que murió, cuando las balas de la Guardia Nacional penetraron las tablas de la casa.

Caídos el 3 de junio en el camino a Tonalá:

Lucrecia Lindo; Rodolfo “Popo” Navarro; Rolando Cortez Téllez “Piel Roja”; Lenín Fonseca; Oscar Ponce.

Mónica: Alonso explica que sus unidades no entraron porque estando en Ranchería, llega Carlos Zamora informando de los problemas, de la muerte de “María de los Ángeles” y que deciden no entrar. Después de algunas acciones en ese sector se van a las faldas del Chonco y ahí permanecen unos quince días, mientras se reorganizan las fuerzas y se coordinan con las demás tendencias. Pero, ¿qué pasó con las fuerzas Terceristas que iban a entrar de Tonalá con Émerson Velásquez?

Quxabel: Parece que la Guardia actuó antes de lo que esperábamos entonces, y la fuerza que iba a entrar de Tonalá no entró. Emerson Velásquez nunca llegó. Entonces nosotros nos quedamos embarcados porque nos quedamos con toda la gente insurreccionada. Nosotros íbamos a insurreccionar a la población y los Terces iban a entrar con fuerzas superiores, RPG-2, ametralladoras MAC, y se tardan y no entran nunca por El Viejo.

Mónica: Es cierto que la Guardia tenía un cerco estratégico, pero si las unidades militares hubieran entrado con la cantidad que decía el plan, el resultado hubiese sido otro, porque la insurrección de todos los lugares se hizo en evidente desventaja con respecto a las fuerzas y medios de la Guardia. Lo que nos daba superioridad al final, era la decisión de la gente, y ésa no faltó en Chinandega.

Quxabel: No funcionó la acción simultánea con las fuerzas externas, como estaba cronometrado en el plan. Pero es importante que se sepa, que nosotros no desistimos porque pensábamos que las fuerzas se habían retrasado, y que debíamos mantener la presión mientras llegaban. Con la fuerza que me quedó, volvimos a entrarle con una unidad que era de unas siete personas…

Como el 8 de junio, nosotros seguimos pensando en que tiene que llegar la fuerza de Émerson, desarrollamos una nueva acción de distracción en la Coca-Cola. Nos apostamos por la Quinta Nina, en el predio a la par del colegio, estamos con una unidad de combate de unos ocho combatientes, entre ellos están Gerardo Lindo, Róger Alí Romero y otros compañeros. Mantenemos la distracción de las ocho de la mañana a las dos de la tarde. Se nos unen unos cuarenta civiles con armas de cacería. Los padres del colegio nos dicen que la Guardia viene con tanquetas e infantería, los vemos. Un avión empieza rondarnos, nos dispersamos en Chinandega. Émerson nunca llegaba. A su vez, Domingo Martínez, Prole, se apostaría en Los Encuentros, con al menos sesenta personas. El objetivo es distraer para que entre la fuerza de Émerson, procedente de El Viejo, que será la definitiva por el número de combatientes y el poder de fuego.

Unos días después, Domingo Martínez me convoca a una reunión. Pasamos un tranque de unidades del CONDECA en los silos, carretera a Somotillo, y llegamos a un lugar del estero, por donde hoy queda la Villa 15 de julio, se llamaba Villa Salvadorita, en las faldas del San Cristóbal. Ahí hay unos veinticinco o treinta hombres; estaba José Mercedes Cubillo, quien me comenta que viene de entrenarse en Cuba.

Los colaboradores me informan que hay un campamento en el Cerro El Chonco; subimos con Carlitos, el baqueano, a buscarlos, pues mucha de nuestra gente no está ubicable. Encontramos una casa hacienda, hay unas setenta a cien personas con armas de cacería sobre todo. No se identifican con un mando, y hay distintas procedencias. Estudiantes y trabajadores revueltos con cuatreros.

Pasé con ellos unos dos días y acordamos que van apoyar nuestras acciones. Les recomendamos medidas de seguridad, organización de postas, no quedarse en el mismo punto, porque sabemos la Guardia ha atacado y golpeado gente en otras haciendas en las faldas del San Cristóbal. Les hablo y les explico que vamos a seguir intentado acciones y que estén atentos para acudir.

Nosotros estábamos siempre preocupados por cumplir nuestra misión en Chinandega. Sabemos que en otros frentes se han levantado y que si no hacemos nada, la Guardia puede ir a otros frentes y afectar los planes nacionales. Aunque no hemos logrado cumplir los planes, sabemos que hay que estar con constante ofensiva para empantanar a la Guardia, impedir que se desplace a León. Por eso, con las fuerzas que tenemos, ponemos la primera emboscada ya a la altura de la comarca San Benito; nos emboscamos en el puente y entramos en combate con fuerzas combinadas de la Guardia y el CONDECA, que viene con infantería de Chinandega, peinando la carretera en dirección a Chichigalpa. La gente, particularmente de Chichigalpa, se suma, y entre población y combatientes llegamos a casi trescientas personas. Ya para entonces los Terces aparecen con armas y las distribuyen entre la gente levantada.

Ellos tenían una ametralladora 50 y nos disparaban y me ocurrieron cosas increíbles. Por ejemplo, yo estaba parapetaba en un riel, y un segundo antes quité la cabeza y ahí entró un balazo de cincuenta, donde antes tenía la cabeza, ahí entró… Nosotros lo que hacíamos era que les disparábamos dos o tres tiros, cuatro tiros. En estos combates también andaba Gerardo Lindo, que era primo de “Quechita”. Este esfuerzo en el que ya participan muchos pobladores, es el primer logro desde que iniciamos, porque la Guardia no pudo avanzar y se retiró.

Después de esta emboscada, se produce una reunión en León, en la que participan los mandos Terceristas y Proles. Fue muy importante, porque con los sucesos del 2 de junio, la estructura de mando quedó desarticulada. A cada quien le tocó actuar por sí mismo. Daniel Pozo, que era nuestro responsable de las unidades populares, logró llegar a Chichigalpa. Gerardo Lindo y Mauricio Abdalah quedaron hacia El Viejo. En Corinto estaban un compañero de nombre Elías, y un obrero de nombre Gerardo. La comunicación fue muy difícil entre todos porque no teníamos radio y el territorio de Chinandega quedó fracturado por el accionar y la presencia de la Guardia.

Comentario de la autora: Reencontrados los mandos, se integra el Estado Mayor General de Chinandega de las distintas tendencias, donde participan Carlos Brenes, Quxabel Cárdenas, Alonso Porras, Carlos Zamora y Domingo Martínez y deciden una acción ofensiva: atraer a la Guardia con un ataque al Cuartel de Chichigalpa y emboscar a los refuerzos que vengan en el sector de San Benito, ubicado entre Chichigalpa y Chinandega.

Quxabel: A partir de la primera victoria en San Benito, empezamos a defender territorio; la población ya está insurreccionada en Chichigalpa y la Guardia está acuartelada. Por eso decidimos hostigar el Comando de Chichigalpa y emboscar a los refuerzos que sin duda enviaría la Guardia de Chinandega.

La emboscada fue una acción conjunta, la trabajamos Alonso y yo; andábamos igual número de armas, igual número de personas. Nosotros logramos hacer pozos de tiradores con la gente que se fue al cerro huyendo, y que acudieron a nuestro llamado, tal como les habíamos recomendado. Ahí andaba todo tipo de gente. Recuerdo vivamente al papá de Mauricio Abdalah. Hicieron las trincheras con las manos, pero eran cientos de gente trabajando durante la noche, para que no se diera cuenta la Guardia.

La emboscada la hacemos contra unos doscientos guardias, que venían además cubiertos por aviones. Ellos primeros lanzaban los aviones, ametrallaban y avanzaban, pero nosotros estábamos atrincherados, esperándolos.

Mi unidad era bien formada y entrenada; ahí andaba Róger Alí Romero, quien sale herido. La Guardia viene avanzando, y con Alonso habíamos acordado que tenemos que dejarlos entrar. Los dejamos entrar y les caemos, pero la tanqueta nos estaba haciendo mucho daño. Entonces viene un muchacho Prole que había venido de Cuba recién entrenado, José Mercedes Cubillo, él andaba un RPG-7, y yo andaba cubriéndolo. José Mercedes se pone de pie y dispara la bazooka y hace un tiro perfecto. Detiene la tanqueta, pero la infantería de la Guardia dispara a su vez y José Mercedes cae. Un tiro perfecto también del guardia. Yo vi a José Mercedes… Él quedó sonriendo y el tiro exactito en la mitad de la frente. Nunca se me va a olvidar su rostro y el olor a pólvora…

Si a mí me preguntan, ¿qué traumas tenés? Yo diría que es el olor a pólvora. Cuando siento mucha pólvora, inmediatamente me acuerdo. Era una nube y el olor impactante. Pero ahí sí frenamos a la Guardia. A partir de ahí logramos establecer una línea de pozos de tiradores desde los campos de Chichigalpa, cruzando la carretera, y entonces la Guardia empezó a sentirse militarmente complicada.

Esta acción en San Benito produce un levantón en la moral de los combatientes. Es una de las historias más importantes de Chinandega. No sólo recuperamos la tanqueta en buen estado, sino ametralladoras 50, ametralladoras 30 y fusiles, tiros. Retrocedió la Guardia, y se levantó significativamente la moral de todos nosotros.

Lo importante de esto son dos cosas: que una unidad pequeña detiene la avanzada de infantería, que venía con tanquetas y usando la aviación. A partir de esa emboscada, ellos ya no se pueden desplazar. Ya saben que tenemos bazookas. Ahí nosotros nos ubicamos como en una línea de defensa con pozos de tirador y, como te digo, fue una acción combinada. Yo me acuerdo que llegó a vernos Carlos Zamora, llegó Domingo Martínez, no recuerdo a ninguno de los Terces. Llegaron a vernos las caras porque pensaban que nos habían matado.

Mónica: El 20 de junio es esa emboscada, y según las cronologías del IES, el 24 de junio ya está tomada Chichigalpa.

Quxabel: Esta emboscada victoriosa fue determinante, porque entonces ahí sí ya Chichigalpa se insurrecciona y dos días después es la toma del Comando. La tanqueta fue determinante para tomar el Comando.

Posteriormente también se realizan unos ataques en la carretera a Corinto, por El Realejo. Para entonces, ya nosotros teníamos más armas. Por aire empiezan a bajar armas, y Jaime Wheelock llega, como unos quince días antes del triunfo, con unas armas francesas que no sabíamos usar. Unas armas bien lindas pero no sabíamos cómo se usaban. Pero ya ahí surgieron armas de todos lados, que la gente recuperó.

Mónica: ¿Dónde muere Gerardo Lindo?

Quxabel: Gerardo muere el 30 de junio en El Viejo, precisamente con Mauricio Abdalah8.

Mónica: ¿Cuando ya se va Somoza, supiste vos que la Guardia bombardeó el propio Comando y mató a los presos que estaban ahí?

Quxabel: Sí, igual supe que hubo gente que huyó; por ejemplo, Sixto Garache, quien era de Corinto, lo habían capturado. Su papá se llamaba Ramón Garache, y era un luchador sindical de Corinto. Me decía que sabía que lo querían matar, y él decide escapar. Me explicó que fue fundamental la formación militar que le dimos, ya que en ese momento se agarró de eso. Y me comentaba después que el hecho que yo fuera mujer, lo incentivaba: –Si “Carolina” siempre nos dobló en el ejercicio, yo puedo, yo lo voy a lograr. Fue de los pocos que huyeron del Comando. Él estuvo trabajando después del triunfo en el Diario Barricada.

Mónica: ¿Cuándo entraste a Chinandega?

Quxabel: Nosotros entramos como el 18 de julio. Después que se fue Somoza, la Guardia huyó. Somoza mandó el helicóptero para que se fuera el “Perro” Gómez, el comandante de la plaza, entonces la Guardia se desbandó.

Mónica: Contaste del nacimiento de tu hija en plena lucha. Pero sé que el papá de tu hija, Raúl Cabezas, murió ahí en León.

Quxabel: Cayó el día que se tomaron El Fortín de Acosasco. Ellos venían con prisa en un vehículo con una señora embarazada, gravemente herida, porque la bayonetearon los guardias antes de huir de El Fortín. Tuvieron un accidente de tránsito. Cuando la señora murió, al niño lo salvaron, y Raúl murió. Él es el papá de mi hija mayor, Itzel.

Mónica: ¿Quisieras mandarle un mensaje a los jóvenes, desde todas estas vivencias, desde todas estas luchas?

Quxabel: Bueno, hay una cosa sustancial, y es que los pueblos tienen que luchar por su proyecto nacional; no podemos perder la visión de población ni la visión de nación. La esperanza por transformar una situación de inequidad y de exclusión, es un tema vigente. Hay grandes luchas en la historia que nos demuestran que sí se pueden ganar cosas. Yo me siento muy orgullosa de la vida que he vivido, me siento orgullosa de seguir en labores sociales.

Trabajo con los inmigrantes, porque es uno de los sectores donde se concentra la exclusión y además divide a nuestros países. Entonces, la lucha es la misma, pero en mejores condiciones, porque no es lo mismo luchar contra una dictadura, que luchar desde espacios ya ganados.

Y para mí, una de las cosas más bellas es que cuando Itzel nació en el año 1978, yo tuve que dejarla, pensando que tenía que asegurarle un hogar donde creciera mi hija, y soñaba con caminar con ella agarraditas de las manos en un parque. Y qué lindo, que ahora lo puedo hacer con ellos y con mis nietos. Es cierto que ahora hay problemas nuevos. Los mismos parques son inseguros por la delincuencia, porque los antisociales han crecido, pero son luchas nuevas que también tenemos que ganar.

Por eso, la lucha por los derechos de los inmigrantes la hago con una visión centroamericanista, porque lo que ganemos para los y las nicaragüenses en Costa Rica, lo estamos ganando para todos los centroamericanos.



12 de octubre 2009





NOTAS


1 Jorge Sinforoso Bravo Sáenz estuvo preso cuando era casi un niño, y le aplicaron brutales torturas que le provocaron serios problemas en la columna vertebral. Su estancia en Honduras está relacionada con la necesidad de atención médica periódica.

2 Carlos Vicente Ibarra “Quincho” había estado de responsable Regional en Honduras. Cuando Iván Montenegro cae preso en julio de 1976, se decide que “Quincho” asuma el Regional Managua. Entra al país pero, a principios de 1977, pide su salida. En realidad, no se asila, sino que pide que lo saquemos del país, y sale por veredas de la frontera hacia Honduras.

3 Amílcar Lorente “Chequel” llevó a la Guardia a la finca de José Antonio Herrera Zelaya, en el kilómetro 152, en donde supuestamente se habían ocultado los guerrilleros que huían de la represión de El Sauce. (Diario Novedades del 28 de noviembre de 1975).

4 Cae el 16 de marzo de 1977.

5 Martha Isabel cae presa en mayo de 1977, en el Ingenio San Antonio, Chichigalpa.

6 Bayardo asume el trabajo de todo el país hasta en octubre de 1977, luego que cayera Pedro Aráuz.

7 Este último nombre no aparece en las cronologías; fue proporcionado por la hermana de él, quien había sido ubicada en la casa de Vilma Núñez como empleada doméstica.

8 Mauricio Abdalah era parte del Comité de Médicos Sandinistas y estaba organizado en la Asociación de Estudiantes Universitarios de Chinandega. También trabajó en la organización de los Comités de Defensa Civil.


Últimos comentarios del relato
  • Jorge Luis Diaz Gonzalez :

    para es de suma importancia, porque de esta manera aprendo cada dia mas, acerca de nuestra evolucion, asi como de los que participaron de una u otra forma en el proceso.

    28 Jul, 19
  • Marvin Fermín Salgado Pérez :

    Yo estuve en la Brigada Popular de Autodefensas Patria Libre de la GPP bajo la responsabilidad de Aura Ortiz y Quxabel Cárdenas y ambas fueron mujeres de mucho valor.Importante es que lucharon sin intereses materiales.Esto fue en Corinto donde la represión militar fue salvaje.Mi familia fue apresada mi Padre luchó en la guerrilla e igual mis hermanos pero gracias a Dios no se aprovecharon de esto.

    15 Mar, 17
  • Admin :

    Gracias por tu aporte. Lo incorporaremos

    27 Jun, 17
  • Carlos Cubillo Herrera :

    Wow! Qué relato. Mis hermanos ya me habían comentado de la hazaña del primo Jose Mercedes Cubillo Molina. Solamente lo ví en dos ocasiones en Chinandega en casa de mi abuelita Mercedes. Gracias por compartir estas memorias.

    08 Oct, 15
  • JAVIER CUBILLO MOLINA :

    ME DIO MUCHO GUSTO SABER COMO MURIO MI HERMANO FRENTE A LA GUARDIA SOMOCISTA,CON MUCHO VALOR Y AMOR ASU PUEBLO SABIENDO QUE DARIA SU VIDA PARA QUE TODOS VIVAMOS EN PAZ.

    07 Apr, 15
  • Mario Montiel :

    Extrordinario

    08 Feb, 15

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